Los hermanos Martínez Sampedro no se resignan a que los fondos oportunistas, que en 2016 les arrebataron el control de la multinacional de juego Codere, sigan haciendo y deshaciendo a su antojo en la empresa que fundaron en 1980.
Por ello, volverán a levantar la voz en la junta del próximo 27 de junio para intentar salvaguardar los intereses del 14% del capital que todavía ostentan, y que, en el último año y medio, se ha depreciado un 70%.
El frágil acuerdo saltaba por los aires en 2018
Y lo harán para seguir en esa estrategia iniciada en enero de 2018, cuando saltaba por los aires el acuerdo que los fundadores de Codere habían alcanzando en abril de 2016 con los bonistas.
En virtud de ese pacto, y tras la ampliación de capital de casi 500 millones, los fondos aglutinaban el 76,6% de la empresa y mantenían a José Antonio Martínez Sampedro como presidente ejecutivo.
Pero en 2018 todo se rompió al descabalgar los inversores oportunistas de la presidencia a Martínez Sampedro, para que ocupara su puesto el uruguayo Norman Sorensen-Valdez, antiguo CEO de la gestora de fondos Principal, entre otros cargos.
Fuera del consejo
Ahora, en el marco del enfrentamiento con los fondos, los fundadores de Codere, que saldrán del órgano de gobierno de la multinacional de juego, al no ser renovados sus cargos como consejeros dominicales, han introducido dos asuntos en el orden del día de la junta del 27 de junio, para tratar ‘in extremis’ que esa salida no se produzca.
Uno, para plantear el cese de Sorensen como consejero por haber vulnerado “de forma continuada y reiterada a lo largo del último ejercicio social, los deberes de lealtad y diligencia debida” y no haber atendido “adecuadamente” sus deberes como consejero. Y otro, para revisar las cuentas de 2018, saldadas con unas pérdidas de 40,4 millones, frente a las ganancias de 2,8 millones registradas en 2017.
Martínez Sampedro mantiene el puesto de Masampe
Con la no reelección de sus cargos de consejeros, los Martínez Sampedro perderán sus asientos en el consejo de Codere, y mantendrán, hasta junio de 2020, el que ostenta Masampe, la sociedad controlada por José Antonio Martínez Sampedro.
Un puesto representado por Pío Cabanillas, que fuera director corporativo de Endesa y director general de Imagen Corporativa de Acciona y, anteriormente, ministro portavoz del Gobierno presidido por José María Aznar entre 2000 y 2002 y director general de RTVE entre 1998 y 2000.
Caída en picado de la participación
Además de la progresiva pérdida de influencia en la empresa que fundaron hace casi cuatro décadas, los Martínez Sampedro también están viendo cómo el valor de su participación cada vez resulta más reducido.
En enero de 2018, cuando José Antonio Martínez Sampedro se vio obligado a ceder la presidencia de la multinacional al uruguayo Norman Sorensen, el valor de la participación de los Martínez Sampedro en Codere ascendía a 180 millones, con las acciones rozando los 10 euros. Hoy, con los títulos en 3,24 euros, apenas supera los 50 millones.
A años luz de los 700 millones de hace 12 años
Un capital a años luz de los más de 700 millones que amasaban en 2007, cuando Codere salió a Bolsa a 21 euros por acción y una capitalización de 1.155 millones de euros.
Antes del salto al parqué, y tras recomprar Recreativos Franco en 2006 por 350 millones de euros, los Martínez Sampedro llegaron a acreditar el 80% de la multinacional de juego. En la salida a Bolsa se embolsaron 86 millones por la venta de una parte de sus acciones.
Nuevo enfoque de la actividad en España
Hoy Codere, tras la toma de control por parte de los fondos oportunistas, ha cambiado notablemente el enfoque de su actividad.
Entre marzo de 2018 y marzo de 2019 ha duplicado el número de salones recreativos de apuestas que tiene en España, hasta superar los 1.000 locales. Con este incremento son casi 8.800 los puntos de venta del grupo en España, casi el 77% de los existentes a nivel mundial.
Siguen las pérdidas en 2019
Codere cuenta en España con 10.298 máquinas, 1.064 puestos de bingo y 7.165 terminales de apuestas deportivas, con una capacidad instalada que ha crecido un 10,9% entre el primer trimestre de 2018 y el primer trimestre de 2019.
En estos tres primeros meses del presente ejercicio, el grupo de juego perdía otros 3,6 millones a pesar de ingresar casi 49 millones, un 8,2% más por el incremento en los ingresos de apuestas deportivas presenciales y el aumento de las terminales instaladas en los locales. Pérdidas achacadas por la empresa a la nueva contabilidad de los alquileres y a la hiperinflación en Argentina.