El Grupo Ferrer ha empezado su reestructuración. Bajo la nueva cúpula, capitaneada por Mario Rovirosa, están camino de cumplir con su objetivo de ingresar 100 millones de euros a la largo de este ejercicio con la venta de negocios no estratégicos, como son Tarbis y Diater.
En seis meses se ha desprendido de aquellas áreas que representaban un coste para el futuro empresarial del Grupo. A la venta a Nazca Capital de Diater la semana pasada por 45 millones de euros, se le suman la venta de Tarbis Pharma a Hetero, el negocio de genéricos, y de Diater, el área de vacunación.
El próximo paso, según informa Expansión, es desprenderse de su divisón química. El mismo Rovirosa en el pasado mes de febrero se veía optimista en poder cumplir con el ambicioso objetivo fijado.
Reducir deuda
Los fondos ganados con estas operaciones se destinarán principalmente a reducir la deuda financiera de la farmacéutica de Sergi Ferrer-Salat, que se elevan a unos 250 millones en préstamos con un grupo de bancos liderados por CaixaBank y BBVA.
Más allá de estas dos últimas ventas, la farmacéutica ha traspasado MicroCaps a Ascil Biopharm. También ha cerrado su planta de producción en Méjico o el área de diagnóstico molecular. Asimismo se plantean un par de activos farmacéuticos.
En este plan de reestructuración, la compañía también ha salido del capital de Abac Therapeutics después de los resultados negativos de la primera investigación de la empresa. A inicios de mayo, Ferrer cerró la absorción de la biotecnológica Spherium Biomed tras comprar el 12% que todavía estaba en manos de Janus Development.
Control de los proyectos
La farmacéutica catalana ha renunciado a continuar con su modelo de innovación de los últimos años para concentrarse en tener el control directo sobre sus proyectos de futuro, en los que ha invertido 15 millones en los últimos seis años. Todo apunta a que Ferrer trata de licenciar sus cuatro fármacos (dos de ellos, con la fase II de ensayo clínico finalizada).
Cuando finiquite el año el Grupo habrá reducido el tamaño de su compañía. Diater facturó en 2018 17 millones y un resultado operativo bruto (ebitda) de cinco millones de euros, mientras que Tarbis Pharma facturó 8,51 millones en 2017 y acumulaba varios ejercicios en pérdidas.
En 2018, Ferrer facturó 651 millones, un 2,5% más que en 2017 y obtuvo un beneficio de 12,1 millones, un 39% más.