Los fruticultores estallan por la precariedad y las prácticas abusivas que, año tras año, se repiten en el sector. “No podemos seguir así”, exclaman tras reunirse con el Ministerio de Agricultura y otros eslabones de la cadena agroalimentaria. Señalan sin tapujos a las centrales hortofrutícolas y a los distribuidores.

La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) asegura que los productores pueden tardar hasta “seis meses” en cobrar la fruta. Aparte de que los precios de esta campaña son anormalmente bajos, “tirados” (las centrales aceptan hasta 0,30 euros por kilo), aunque el volumen de producción es “normal”; un poco por encima del año pasado, pero notablemente por debajo del anterior.

Especulación

Según la UPA, las centrales frutícolas siguen saltándose la ley y realizando operaciones sin contrato y a “resultas”, sin un precio fijado: “Especulación”. En esta línea sostienen que “muchos agricultores no sabrán hasta diciembre qué precio obtendrán de la fruta que entregan ahora”, cosa que “no tiene ningún sentido”.

Recuerdan que este sector no recibe ayudas de la PAC; los agricultores viven con el precio que les “imponen”. Por todo ello, exigen a la Administración que “ponga a cada uno en su lugar” e intensifique los esfuerzos por detectar a los infractores.

Plantar cara a los chantajes

“Necesitamos que la AICA (Agencia de Información y Control de Alimentos) aumente sus controles”, reclaman. Y que los fruticultores “no cedan a los chantajes” ni “tengan miedo de denunciar” (desde el anonimato, si lo desean) a las empresas que “abusen”.

Finalmente, asumen que “la fruta necesita una organización interprofesional de forma urgente, en la que todos los agentes del sector se sienten alrededor de una misma mesa y trabajen para buscar soluciones”.