Los nubarrones sobre la economía europea se tornan cada vez más amenazantes. Es lo que trasciende del documento publicado este miércoles por el Banco Central Europeo (BCE), relativo a la última reunión del Consejo de Gobierno del instituto emisor presidido por Mario Draghi, celebrada el pasado 10 de abril. La ralentización económica observada en la zona euro estaba volviéndose peor de lo esperado, a la vista de los últimos datos recopilados, concluye el informe.
"La extensión de la ralentización del crecimiento ya se había anticipado, en parte, en las previsiones macroeconómicas del BCE de marzo, pero se admitió que algunos datos recientes se habían vuelto más débiles de lo esperado", se desprende de las actas del cónclave celebrado en abril.
En su reunión de marzo, la institución presidida por Mario Draghi revisó a la baja su pronóstico de crecimiento para la eurozona en 2019 hasta el 1,1%, desde el 1,7% anticipado en diciembre. De su lado, la previsión para 2020 se situó en el 1,6%, una décima menos que tres meses antes.
Persistentes incertidumbres y vulnerabilidades
De acuerdo al documento publicado este miércoles por el instituto emisor, los banqueros centrales de la eurozona se mostraron de acuerdo en que los riesgos en torno al pronóstico de crecimiento seguían alineados "a la baja" por la "persistencia de incertidumbres" como la guerra comercial, el Brexit o las "vulnerabilidades" en mercados emergentes.
Además, los miembros del Consejo de Gobierno del BCE también alertaron de que la inflación registrada en el mes de marzo había sido "sorprendemente negativa" y que su nivel se situaba "incómodamente" por debajo del objetivo marcado por el BCE, de estar cerca pero ligeramente por debajo del 2%.
La inflación sigue cayendo
En el tercer mes del año, los precios de la eurozona crecieron un 1,4% con respecto al mismo mes de 2018, una décima menos que en febrero, mientras que la tasa de inflación subyacente se situó en el 0,8%, dos décimas menos que el mes anterior.
Si embargo, los miembros del Consejo de Gobierno anticiparon que podía ser por los efectos de la Semana Santa, que este año cayó en abril. Los datos de inflación de la zona euro, publicados por Eurostat un mes después de la reunión del BCE, confirmaron la teoría del instituto emisor. Así, en el cuarto mes del año la variable general de la inflación se aceleró hasta el 1,7%, mientras que la subyacente repuntó hasta el 1,3%.