Una empresa chavista vinculada a un financiador de la campaña del presidente Mauricio Macri, Smartmatic, se encargará del recuento en las elecciones presidenciales argentinas de octubre --y noviembre, en caso de que haya doble vuelta-- tras desbancar a las españolas Indra y Scytl, pese a que estas presentaron ofertas técnicamente más competitivas.
El proceso de adjudicación del millonario contrato ha generado todo tipo de suspicacias puesto que el procedimiento implementado parecía buscar que la elegida fuera la sociedad que finalmente ha obtenido el acuerdo. Unos recelos que se acentúan por el hecho de que Smartmatic cuenta con un historial repleto de irregularidades mientras que Indra había gestionado los comicios argentinos desde 1997 sin que se hubiesen registrado incidencias relevantes en ese tiempo.
Mesa electoral y personas votando / EFE
Puntuaciones técnicas
En la primera etapa de la licitación, a cargo de la empresa pública Correo Argentino y tras varias impugnaciones, Indra --que acaba de gestionar las elecciones generales españolas del 28A-- obtuvo 100 puntos sobre 100 en la evaluación de sus antecedentes y 180 sobre 200 en sus capacidades técnicas.
Por su parte, la catalana Scytl Secure Electronic Voting --que se ocupará de las elecciones del 26M tras la caótica administración de los comicios de las cámaras de comercio de Cataluña-- recibió 86 y 174 puntos respectivamente. Mientras que Smartmatic International Holding se quedó en 82 y 165 puntos. Y Thomas Greg & Sons no pasó el corte.
Presión de un empresario cercano a Macri
La prensa argentina ha denunciado las “tácticas subterráneas” desplegadas por la empresa venezolana para “promover sus virtudes y desgastar a sus rivales” de cara a hacerse con la adjudicación. En concreto, han señalado supuestas presiones del empresario Jorge Born hijo a miembros del Gobierno argentino en nombre de Smartmatic.
Tras estas maniobras de Born, que fue unos de los principales financiadores de la campaña de Macri en las presidenciales de 2015, se modificaron las condiciones de la licitación. Se aceptaron nuevos criterios para evaluar los antecedentes y la capacidad técnica que beneficiaron a Smartmatic. Además, se incrementó el peso de la oferta económica en el proceso de selección. Unos cambios que generaron las protestas de Indra, que solicitó la suspensión del proceso.
El presidente de una mesa electoral deposita los votos de la urna sobre una mesa para proceder a su recuento / EFE
La oferta económica como prioridad
Después de una subasta en dos rondas, Smartmatic ha ganado el concurso con una oferta de 16,9 millones de dólares, frente a los 17,9 millones ofertados por Scytl y los 19,2 millones de Indra. Cifras que, en cualquier caso, están muy por debajo de los 33 millones de euros que se presupuestaron para las presidenciales de 2015.
La compañía presidida por Fernando Abril-Martorell ha advertido de que ni la empresa ganadora del concurso ni la que ha realizado la segunda mejor oferta económica están en condiciones técnicas de hacer frente al proceso electoral de Argentina con las debidas garantías.
Smartmatic, chavismo e irregularidades
Smartmatic --que nació en Venezuela pero que actualmente tiene su sede en Londres-- mantuvo una larga y fructífera relación con el chavismo, que se inició en las elecciones de 2004 y que duró hasta 2017, cuando de forma inesperada anunció que no podía garantizar los resultados de las elecciones a la Asamblea Constituyente de Venezuela. En ese tiempo, organizó 14 elecciones en el país.
Smartmatic ha recibido numerosas críticas por las sospechas de irregularidades --que en ocasiones han ido acompañadas de sanciones-- en procesos electorales de El Salvador, Filipinas, Bélgica y Estados Unidos. Ahora se encargará del recuento de las elecciones presidenciales de Argentina.