En un coloquio celebrado en la Universidad de Extremadura, el historiador Gabriel Tortella, ha destacado este viernes que "las revoluciones no son consecuencia de la miseria sino, paradójicamente, de los desequilibrios que generan las primeras etapas del crecimiento económico".
El Premio Rey Carlos I de Economía ha recordado que en el primer tercio del siglo XX, España fue el país que más creció pero, como ya plantease Tocqueville al intentar explicar las causas de la Revolución Francesa, los períodos iniciales de crecimiento conducen a los grandes conflictos.
Empresarios españoles
Durante este debate, dirigido por el profesor Molina Recio, se han presentado una docena de estudios sobre una generación pionera de empresarios españoles en las primeras décadas del siglo XX, durante las que proliferaron proyectos que revolucionaron el sector secundario español, implantando la tecnología de la Revolución Industrial e impulsando empresas que marcaron el devenir económico de España.
Entre ellos, han destacado las innovaciones y las inversiones realizadas por Demetrio Carceller en la industria del petróleo; Damià Mateu en la automoción; Horacio Echevarrieta en la industria naval; José Entrecanales en la obra civil; González Byass en la producción de vinos, o Ernesto Anastasio Pascual en las navieras.
"Autarquía franquista"
Respecto a los motivos por los que esta generación pionera no culminase la revolución industrial, la profesora de Historia Económica de la Universidad Complutense, Gloria Quiroga, ha explicado el impacto que tuvo la "inestabilidad política de la Segunda República, la Guerra Civil y la autarquía franquista".
"Estos empresarios habían conducido a la economía española al carril de incorporación a la autovía del crecimiento económico europeo, pero en plena aceleración un enorme camión se les cruzó, y tardaron treinta años en recuperarse de esa tremenda colisión", ha señalado Quiroga.