Los hermanos Jordi y Miguel Alcaraz, dueños de la empresa de criptomonedas Bitchain, se enfrentan a siete años de cárcel y una multa de 10.800 euros cada uno por un delito de estafa. La Fiscalía asegura que los hermanos que emprendieron el primer negocio de bitcoins en Cataluña utilizaron de forma fraudulenta 180.000 euros que consiguieron a través de tres inversores.
La acusación contra los hermanos Alcaraz especifica que utilizaron esta cantidad para "finalidades distintas" a la adquisición de estas monedas virtuales, la cual era la finalidad del dinero aportado por una empresa y dos particulares, según ha adelantado eldiario.es.
Cajeros de 'bitcoins'
El modelo de negocio de Bitchain se basaba en colocar cajeros en diferentes puntos estratégicos de varias ciudades mediante los cuales se podían cambiar euros a la criptomoneda más popular. Fue fundada en 2015, estableció su sede en Sant Cugat del Vallès (Barcelona) y su impulso y desarrollo se hizo posible gracias al vivero de empresas de la escuela de negocios Esade.
Cajero de Bitchain en la estación Plaza España de Barcelona / TWITTER
Consiguieron instalar estos aparatos en Barcelona, La Jonquera, Madrid, Alicante, Valencia, Málaga, Bilbao y en Grecia, un mercado en el que se introdujeron durante su primer año de vida. En la capital catalana llegaron incluso a cerrar un acuerdo de colaboración con Ferrocarils de la Generalitat (FCG) para instalar uno de sus cajeros en la estación de Plaza España, en Barcelona. Llegaron incluso a presentarla a los medios conjuntamente, según consta en la cuenta de Twitter de la compañía.
Tres préstamos sospechosos
El fiscal apunta a operaciones sospechosas en tres préstamos diferentes, de 100.000; 50.000 y 30.000 euros respectivamente. Según las palabas de la acusación, los hermanos Alcaraz, "de común acuerdo y para obtener arteramente un beneficio económico en perjuicio ajeno, emplearon la mercantil Bitchain para buscar financiación externa para un supuesto proyecto basado en el intercambio y compraventa de bitcoins".
El medio digital anteriormente citado recoge declaraciones de Miguel Alcaraz en las que asegura no haber cometido delito alguno y apunta a su antiguo abogado, Joaquim Fàbregas, como artífice del fraude.
Cruce de acusaciones
Fàbregas es, a su vez, una de las supuestas víctimas de la estafa de Bitchain, según consta en el escrito de la acusación. Él habría sido, según la Fiscalía, quien cediera a los impulsores de la compañía los 30.000 euros sobre los que hay sospechas. El propio abogado fue quien, de hecho, impulsó la querella.