Donald Trump y Xi Jinping, presidentes de Estados Unidos y China

Donald Trump y Xi Jinping, presidentes de Estados Unidos y China

Business

Las empresas catalanas se juegan 4.000 M€ en la guerra comercial EEUU-China

Las exportaciones españolas a EEUU rozaron los 13.000 millones en 2018 con los derivados de petróleo, automoción, vino, aceite y plasma sanguíneo como productos más demandados

10 mayo, 2019 00:00

No parece que la sangre vaya acabar llegando al río en la guerra comercial entre Estados Unidos y China. El órdago lanzado por el presidente estadounidense Donald Trump sobre el aumento de los aranceles del 10% al 25% a los productos procedentes del país asiático solo encierra un “mensaje populista, en clave interna, para que los ciudadanos estadounidenses se sientan protegidos. Pero al final habrá acuerdo”, según comentaba este jueves el exsecretario de Estado de Comercio, Jaime García Legaz.

En el mismo sentido se ha expresado Ramón Gascón, profesor de EAE Business School y miembro de la Junta Directiva del Club de Exportadores e Inversores Españoles. En su opinión, “Estados Unidos y China están condenados a entenderse ya que, en el fondo, más de que de una guerra comercial habría que hablar de un ajuste de las balanzas comerciales entre ambos países”.

Ese convencimiento de que, al final, la amenaza de la guerra comercial de Trump, con el aumento de los aranceles, no se producirá, se basa en el hecho de que, finalmente, la delegación china ha acudido al encuentro bilateral que se va a celebrar en Washington durante este fin de semana, tras haber amagado con no acudir a raíz de la nueva bravata lanzada por el presidente estadounidense.

Si no hay acuerdo, "un desastre"

En cualquier caso, si finalmente el ansiado acuerdo no se produce y la tensión se recrudece, “sería para estar preocupados. Sería un desastre para toda la economía mundial. China ya ha visto ralentizada su economía en 2018, afectando al crecimiento en Alemania y al resto de Europa. Y las perspectivas de aumento del PIB se han reducido por la incertidumbre reinante”, reconocía García Legaz.

Ante esta crisis comercial, ¿qué se juegan las empresas españolas? Pues los 19.000 millones que exportaron en 2018 (casi 13.000 millones de euros a Estados Unidos y cerca de 6.300 millones a China). De este importe, el 21% lo facturaron compañías catalanas, que vendieron en ambos países por importe de 4.025 millones de euros, según datos del iCES y del Instituto de Estadística de Cataluña (Idescat).

La aceituna de mesa ya nota el 'agujero'

De momento, y a la espera de saber cómo se salda la crisis, hay un sector que ya ha visto cómo la política proteccionista del presidente Trump le ha endosado un agujero significativo. No es otro que el de la aceituna de mesa.

“Hemos perdido 25 millones en 2018, y prevemos perder otros 45 en 2019”, comentaba resignado esta semana Antonio de Mora, secretario general de la Asociación Española de Exportadores e Industriales de Aceitunas de Mesa (Asemesa). La culpa de este estropicio es el 35% de aranceles aplicados en Estados Unidos sobre el valor de mercado del producto.

“Estamos buscando mercados alternativos, como Rusia o los países árabes, pero en ningún caso compensarán el volumen tan alto de negocio que tenemos en Estados Unidos”, reflexionaba De Mora.

Más afectados si la crisis se endurece

A partir de aquí, ¿qué otros sectores se podrían ver afectados si la crisis comercial se endurece?. Un repaso de lo que Estados Unidos compra a España, según la entidad pública ICEX España Exportación e Inversiones, sirve para comprobar que el listado estaría encabezado por los productos semi-manufacturados, los bienes de equipo, productos energéticos, alimentos, sector automotriz, manufacturas de consumo y bienes de consumo duradero.

Y, atendiendo a las partidas arancelarias, esos productos serían los aceites de petróleo, antisueros y sangre humana, motores de gasolina y vehículos, vino, aceite de oliva, piezas de vehículos, árboles de transmisión y cajas de cambio.

Exportaciones a China limitadas

En el caso de China, la importación procedente de España es más limitada. Toda vez que el gigante asiático solo deja entrar en sus fronteras cuatro tipos de productos frescos sobre la base de una lista cerrada de proveedores: porcino, cítricos, fruta de hueso y pescado. Y quedan fuera un amplio elenco de frutas, productos cárnicos y variedades de pescado que no pueden aún exportarse.

Entre las empresas españolas afectadas, de persistir las tensiones comerciales entre ambos países, estarían CIE Automotive, Viscofan o Grifols. Tres empresas de tres sectores diferentes --componentes de automoción, envases de productos cárnicos o venta de plasma--, que tienen en Estados Unidos uno de sus principales mercados.

3.000 millones de Grifols, de EEUU y Canadá

En el caso de la multinacional catalana de hemoderivados Grifols, que ganaba 597 millones de euros en 2018, lo hacía por el incremento de los ingresos procedentes de Estados Unidos y Canadá, que acaparaban un tercio del volumen de negocio. Con esos 3.000 millones de volumen de facturación sobre un total de 4.500. Unos ingresos que se incrementaron gracias a la “demanda sólida” de sus principales proteínas plasmáticas, especialmente la inmunoglobulina.

El recrudecimiento de la política arancelaria también amenaza seriamente a un un sector como el de fabricación de piezas para automóviles, el negocio de la empresa CIE Automotive. Y la afección llegaría por una doble vía.

Directamente, en la venta de Estados Unidos, debido al material utilizado y la zona de procedencia de las piezas, como es México. E indirectamente, por la afección a su otro gran mercado, el del automóvil europeo --tanto de Alemania como de Francia--, que tiene una fuerte dependencia de sus exportaciones a Estados Unidos.