La jugada del Banco Santander de sacar del balance los activos inmobiliarios problemáticos y mantener una participación significativa en las sociedades a las que traspasó los inmuebles sigue dando sus frutos, beneficiándose por partida doble.
Dejaba de aportar provisiones por las crecientes minusvalías y, además, recibe sustanciosos dividendos.
Así, el próximo mes de mayo la entidad presidida por Ana Botín verá cómo llegan a sus arcas 57 millones de euros, procedentes de la retribución de la socimi Merlin, consolidada desde hace dos años, y también de Metrovacesa, la centenaria promotora que ha adelantado un año la retribución al accionista sobre la previsión hecha en la salida a Bolsa de febrero de 2018.
86 millones de Merlin en dos años
Desde que en octubre de 2016 el Santander decidiera, junto a BBVA, desgajar los activos terciarios de la inmobiliaria Metrovacesa para integrarlos en Merlin, la socimi que dirige Ismael Clemente como CEO, la entidad financiera presidida por Botín, en virtud de su 22,27% en el capital de la socimi, se ha embolsado 54,55 millones en los cuatro dividendos abonados desde mayo de 2017, con lo que sumará 86 millones con la nueva retribución
Ahora, serán otros 31 los millones que la entidad financiera percibirá el próximo 7 de mayo por el doble pago aprobado el pasado miércoles en la junta de accionistas de Merlin.
Uno, correspondiente al dividendo ordinario por el que el conjunto de los accionistas recibirán 94,19 millones, a razón de 0,2 euros por acción, y otro, de una distribución con cargo a la reserva por prima de emisión, a 0,097 euros por cada título.
Primeros 26 millones de Metrovacesa
Posteriormente, tras la fecha que decida la junta de Metrovacesa el próximo 30 de abril, el Santander cobrará los primeros 25,67 millones del primer dividendo que abonará la centenaria promotora en su nueva etapa.
Pago que se ha adelantado un año sobre la fecha inicialmente prevista tras los resultados logrados en 2018. Ejercicio que la inmobiliaria dirigida por Jorge Pérez de Leza cerraba con una reducción de las pérdidas en un 76,5%, hasta 9,1 millones, tras ingresar más de 200 millones con la entrega de 520 viviendas, vender suelos por 64 millones y recabar 28 millones de desarrollos comerciales. Además, alcanzaba un Ebitda positivo de 5,4 millones.
Directamente y a través de Quasar, junto a Blackstone
En este caso, de los 50 millones a repartirse entre los accionistas de Metrovacesa más de la mitad (25,7 millones) serán para el Santander, por el 51,3% que ostenta. Capital que reparte entre el 49,36% que aglutina de manera directa, y el 1,93% que asume a través de Quasar.
La sociedad que la entidad financiera y el fondo Blackstone constituyeron hace un año para agrupar la cartera inmobiliaria de Banco Popular y la plataforma de comercialización Aliseda.
Quasar suma el 3,95% de Metrovacesa, con lo que el inversor estadounidense, por su 51% en esta sociedad, atesora un paquete de algo más de 3 millones de acciones, que le reportarán un millón de euros en el próximo dividendo.
Reducción imparable de activos tóxicos
Mientras hace acopio de efectivo a través de estos dividendos, el Santander, como el resto de bancos españoles, sigue reduciendo a marchas forzadas su exposición a créditos a promotores fallidos y activos adjudicados, ante la presión permanente del Banco Central Europeo (BCE).
En 2018, tras reducir un 56% este ‘agujero’, dejaba la exposición en 15.145 millones, gracias sobre todo a dos operaciones. El referido traspaso a Blackstone del 51% del negocio inmobiliario procedente del Popular y la venta a Cerberus de casi 36.000 inmuebles por 1.535 millones.