Nueve años parecen muchos, pero a Sareb --el banco malo en el que el Estado, a través del Frob, ostenta el 45%-- ya le empiezan a parecer muy pocos.
La sociedad presidida por Jaime Echegoyen debe devolver, antes de noviembre de 2027, casi 36.000 millones de euros de la deuda, avalada por el Estado, que asumió para adquirir 200.000 activos, entre préstamos e inmuebles, de las nueve cajas de ahorro que en 2012 fueron rescatadas con ayudas públicas.
La venta de préstamos, vía agotada
Y una de las vías que hasta ahora ha servido para desaguar el agujero, como era la venta de grandes paquetes de préstamos, empieza a cerrarse.
Se había convertido entre 2013 y 2017 en una alternativa recurrente, pero en 2018 ha dejado de serlo, ante la imposibilidad de competir con los precios bajísimos a los que están vendiendo estos activos los bancos, con amplio margen de actuación al tener provisionados en su totalidad los préstamos de sus fallidos. Entidades que, curiosamente, son los propios accionistas de Sareb. Salvo BBVA, todas entraron en 2012, junto a las principales aseguradoras, en su capital tomando el 55%.
La conversión de activos, prioridad absoluta
Por eso, a partir de ahora, la conversión de estos préstamos en activos inmobiliarios se consolida como la opción prioritaria. Echegoyen, presidente de la sociedad, asumía el reto en la presentación de los resultados del pasado ejercicio, en los que perdía 878 millones de euros, similares a los que se prevé en el presente ejercicio
“La compañía no puede asumir precios con unos niveles de descuento tan altos, por eso priorizaremos la conversión de préstamos en inmuebles, más líquidos y más fáciles de vender, y que nos permitirán beneficiarnos de la consolidación del ciclo inmobiliario”, apuntaba.
Cartera de préstamos reducida un 44%
Hasta ahora, en sus seis primeros años de actuación desde que el Estado, en el marco del plan de rescate de la Comisión Europea, le encomendara adquirir a las cajas esos activos por 50.781 millones de euros, Sareb ha logrado reducir un 44% la cartera de préstamos, desde los iniciales 39.438 millones de euros a los 21.936 millones registrados al cierre de 2018, ejercicio en el que, como consecuencia de la fuerte competitividad y los bajos precios, el banco malo sufría, por este concepto, un descenso de ingresos del 16%, hasta 2.208 millones.
A partir de aquí, la gran apuesta pasa por aumentar de manera exponencial esa conversión de préstamos en inmuebles. En 2018, Sareb solo pudo convertir 1.400 millones, con un descenso del 16% en los ingresos, pero el objetivo es que en 2020 se rocen los 4.000.
Forzar a los promotores deudores en los juzgados
Las vías para lograrlo pasan por, entre otras cuestiones, seguir forzando la maquinaria judicial sobre esos algo menos ya de 14.000 promotores que adeudan a Sareb que, en su mayoría, tienen una posición deudora inferior a 2 millones de euros.
En este sentido, la dinamización de los concursos de acreedores sigue a pleno rendimiento con la ayuda del convenio que, a principios de 2018, firmaba Sareb con el Registro de Expertos en Economía Forense (REFOR).
Los frutos de los pleitos
Así, la entrada en los juzgados de pleitos por un montante cercano a los 13.000 millones de euros ya ha empezado a dar sus frutos. Sareb iniciaba 2018 con una cartera de 73.600 préstamos, con un valor nominal de 25.025 millones de euros, el 67,3% del valor de los activos que componían su balance.
Seis meses después, el desagüe de estos préstamos permitía reducir el valor de la cartera a 23.847 millones, un 4,7% menos que a cierre de 2017 y un 39,5% inferior al inicio de la vida de la sociedad, a finales de 2012.
Concursos y ejecuciones hipotecarias
Y, al cierre del pasado ejercicio, ese nominal de activos financieros caía hasta 21.936 millones. Si las previsiones se cumplen, en 2020 ese valor se situará en torno a los 18.000 millones.
Del montante actual de préstamos judicializados, el 80% se sustancian a través de concursos de acreedores y el 20% restante entran directamente en ejecuciones hipotecarias. Y, contando que la mayoría de los pleitos se cerrarán a su favor, los responsables de Sareb estiman contar con los activos ligados a estos préstamos entre 2021 y 2022, para poder así hacerlos líquidos más fácilmente.