Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo (BCE), ayudará a los bancos de la UE a compensar las dificultades que la política monetaria de tipos de interés negativos puedan generar en sus negocios.
"No nos faltan instrumentos para cumplir nuestro mandato", ha asegurado el banquero italiano durante su intervención en una conferencia en Fráncfort, donde ha reiterado que el banco central ajustará la orientación a largo plazo del precio del dinero en función de las nuevas perspectivas de inflación.
Estabilizar los precios
El BCE pondría en marcha esas medidas si las perspectivas a medio plazo continúan deteriorándose de forma significativa, añadiendo que, en tal caso, la entidad adoptará todas las decisiones de política monetaria que sean "necesarias y proporcionadas" al logro de su objetivo.
El representante de Luxemburgo en el directorio del BCE, Yves Mersh, ha defendido la importancia de que los efectos secundarios de las medidas extraordinarias del BCE no tengan un impacto "desproporcionado" respecto del objetivo primordial de las mismas, la estabilidad de precios, por lo que la institución está permanentemente alerta para preservar el equilibrio entre costes y beneficios de su intervención.
Apuros bancarios
"Seguimos evaluando el impacto de nuestras medidas, y de los tipos negativos en particular, en áreas como la rentabilidad de los bancos, considerando si la combinación de medidas sigue siendo adecuada y proporcionada", ha añadido.
El banco central fijó una rentabilidad negativa para su facilidad de depósito en junio de 2014, que fue agravando hasta el -0,40% aplicado actualmente a la liquidez aparcada diariamente en la entidad por los bancos de la eurozona.
Menos costes
Los técnicos del BCE estarían estudiando opciones para la introducción de varios tramos en la facilidad de depósito, permitiendo así a los bancos eludir al menos en parte los costes adicionales de mantener un exceso de liquidez.
La aplicación de un mecanismo semejante en la facilidad de depósito representaría un sustancial cambio de postura del BCE, revelando la mayor preocupación de la entidad por el impacto sobre los bancos de los tipos negativos, ya que en marzo de 2016 Draghi explicó que la entidad lo había desechado por su complejidad.
Liquidez ociosa
La liquidez de la banca europea supera los 1,9 billones de euros, incluyendo 616.261 millones acumulados en la facilidad de depósito, lo que representa un coste anual para los bancos de la zona euro de casi 8.000 millones.
El departamento de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo, las entidades españolas asumieron hasta junio de 2018 un coste anual directo de 391 millones en relación a los tipos de interés negativos de la tasa de depósito del BCE, cifra por debajo de los 2.484 millones soportados por las entidades alemanas y los 1.606 millones de los bancos franceses, pero por encima de los 281 millones estimados para los italianos.