La guerra entre Spotify y Apple no para de avivarse. El pasado 13 de marzo, Daniel Ek, CEO de la compañía de música en streaming, presentaba en nombre de su empresa una queja formal contra Apple dirigida a la Comisión Europea. En un comunicado oficial Ek explica que el objetivo de Spotify es ofrecer a los consumidores “la mejor creatividad e innovación” y para ello cree “firmemente” que empresas como la suya “deben operar en un ecosistema en el que la competencia leal no sólo se fomente, sino que se garantice”.
En dicho texto, el CEO de Spotify acusa frontalmente a Apple de competencia desleal por “introducir reglas en la App Store que limitan deliberadamente la elección y reprimen la innovación a expensas de la experiencia del usuario, actuando esencialmente como jugador y árbitro para perjudicar deliberadamente a otros desarrolladores de aplicaciones”.
Razones del desencuentro
El principio de la hostilidad comenzó cuando Apple lanzó su propio servicio de música en streaming en 2015: Apple Music. Hasta entonces, iTunes era un fuerte competidor en cuanto a ingresos dentro del mercado de la música digital, sin embargo, presentaba un modelo de negocio muy diferente. Mientras que uno vendía suscripciones con escuchas ilimitadas, el otro vendía canciones sueltas y discos en formato digital.
Pero todo cambió con el lanzamiento de Apple Music. En ese punto, las relaciones se tensaron al máximo, dado que Spotify ya estaba molesta por las restrictivas medidas de control que ejerce Apple en su tienda de aplicaciones: la App Store. La compañía músical no fue la primera ni la última en quejarse de las condiciones "abusivas" de venta de productos de terceros. Es decir, para comprar cualquier objeto digital, como pueda ser una suscripción a Spotify, Netflix o una mejora dentro de un juego, la transacción tiene que pasar por el sistema que dicta Apple, dejando además una comisión de hasta el 30 % de la suscripción el primer año (y un 15 % en años posteriores).
Apple se defiende
De vuelta al presente, después de las acusaciones vertidas por Daniel Ek, Apple no se quedó de brazos cruzados. La empresa de Cupertino lanzó un comunicado dándole donde más le duele a Spotify, realizando la acusación de que: “distribuye la música que tanto gusta a los clientes haciendo contribuciones cada vez más pequeñas a los artistas, músicos y compositores”.
Spotify / PIXABAY
“Después de usar la App Store durante años para hacer crecer su negocio de manera considerable, su objetivo es mantener todas las ventajas que ofrece este ecosistema, incluidos los sustanciales beneficios que obtienen de los clientes de la App Store, sin hacer ninguna contribución a este mercado”, indican desde la compañía.
Quejas de Spotify
En resumen, esta guerra abierta entre los dos gigantes de la tecnología tiene pinta de que seguirá vigente todavía durante un tiempo. A pesar de esto, las reclamaciones de Spotify tienen bastante sentido: que las aplicaciones compitan de manera justa con el mismo conjunto de reglas, y que los consumidores tengan varias opciones en cuanto a sistemas de pago y no se les obligue a utilizar el de Apple.
Aunque dignas, las exigencias de Spotify llevarían a Apple a dar marcha atrás en uno de sus actuales puntos fuertes con respecto a la competencia: su sistema de aplicaciones móviles, del que presumen en cada presentación de productos. En este sentido, parece poco probable que Apple aplique a su propio sistema de música las restricciones que tiene con la competencia o que deje a los desarrolladores vender sus aplicaciones sin pasar por caja. ¿El desenlace definitivo? Se verá cuando la Comisión Europea se pronuncie.