La digitalización de la economía llega a los servicios de asistencia personal. Y no tiene nada que ver con el uso de robots como cuidadores ni con sustituir a trabajadores por máquinas, sino con aplicar la tecnología para agilizar y mejorar los procesos en un sector en el que el contacto humano es la base sobre la que se sustenta el trabajo.
En España hay más de 1.300.000 personas que han sido reconocidas como dependientes, según consta en el último informe anual sobre el estado del Sistema de Atención y Ayudas a la Dependencia en España. La mayor parte de ellas --más del 50%-- tienen una edad superior a los 80 años y un tercio son mujeres, tal como consta en el documento, elaborado por la Asociación de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales. Y aún hay más: 250.000 de estas personas con dependencia reconocida se encuentran en listas de espera para ser atendidas. Un número nada desdeñable que varias iniciativas buscan hacer descender.
'Start up' con mirada social
Este sería el caso de Cuideo, una start up fundada en Barcelona en 2016 y que ha ayudado a más de 15.000 familias a encontrar al asistente ideal para cada caso. El valor añadido de su modelo de negocio radica en el uso de las nuevas tecnologías para crear su base de datos con los perfiles de todos los cuidadores, así como para gestionar de forma eficaz todo el proceso de presentación a la familia, contratación y seguimiento de los servicios de asistencia a personas mayores dependientes.
El 'stand' de Cuideo en el evento 4YFN en Barcelona
El CEO de esta empresa, Adrià Buzón, fundamenta la creación de Cuideo en la pura "necesidad" del mercado. "Vimos que existían muchas empresas de este tipo pero eran todas muy tradicionales, tenían mucha operativa interna y vimos que se podía incorporar tecnología para agilizar los procesos sin perder calidad", explica. El eje principal de la empresa es el mismo que el de las grandes compañías de gestión de personal de asistencia, pero la innovación consigue que su oferta tenga un rasgo diferencial. Es decir, no "mecaniza" el sector ni lo deshumaniza, sino todo lo contrario: aprovecha las oportunidades que brinda la tecnología para "ofrecer un servicio más completo y más adecuado a través de la persona idónea para cada caso".
'Matching' entre familia y cuidadora
La base de ciudadores sociales con la que trabaja Cuideo es de 40.000 personas y dan asistencia en 11 ciudades diferentes. Los profesionales se inscriben en el portal de ofertas de empleo de la compañía y un equipo multidisciplinar se encarga de validar su adecuación con los estándares de la empresa. "Solo el 15% de todos los inscritos superan nuestros filtros de seguridad", asegura el directivo, quien insiste en la gran importancia de conocer hasta el mínimo detalle del perfil de los asistentes que entra en su base de datos para que su encaje con la persona a la que cuide sea lo más beneficiosa posible para ésta.
El equipo de Cuideo
También hacen lo propio con cada uno de los clientes que se acercan a los servicios de Cuideo: recaban información del usuario, de las dolencias que arrastra, de su domicilio, de la familia, qué tipo de asistencia necesita, etcétera. Y bajo todos estos criterios, realizan un matching para encontrar a la persona que más encaje en el perfil. Una vez establecido el acuerdo laboral --la familia es la parte contratante, aunque desde Cuideo gestionan todo el proceso--, se asigna a una persona del equipo de Cuideo que coordina la relación con el cuidador: desde su sustitución en casos de enfermedad hasta un servicio de mediación. "No somos una ETT, ayudamos a la familia tanto en la fase inicial como después de encontrar al cuidador. Con nosotros se despreocupan de absolutamente todo", sentencia Buzón.
Innovación en empresas consolidadas
El de Cuideo es un ejemplo de empresa de ADN tecnológico, pero también hay iniciativas de innovación en proyectos empresariales de larga tradición. Es el caso de Suara, la cooperativa del sector de la atención a personas que, tras más de 30 años en el mercado, ha apostado por innovar con la ayuda de sus empleados. Del seno de esta organización nace la iniciativa Suaralab, un laboratorio de innovaciones de carácter social que busca "una evolución de los proyectos sociales incorporando la tecnología para mejorar la vida de las personas", en palabras del director de Innovación de Suaralab, Jordi Picas.
Suaralab impulsa espacios de cocreación entre profesionales, clientes, personas dependientes y expertos para generar proyectos mediante "metodologías ágiles". En un primer momento, el laboratorio puso en marcha un programa de intraemprendimiento para que los propios empleados de la cooperativa propusieran modelos y proyectos de mejora mediante la tecnología. No ha sido una tarea sencilla ya que ello implica cambiar la cultura de la propia organización. "Llevamos más de 10 años trabajando para ser una organización innovadora", declara Picas, pero ya han superado esta fase y, en la actualidad, se encuentran abiertos a buscar nuevas ideas en otras iniciativas.
Una mujer da asistencia a una persona mayor
Sinergias en el sector
El objetivo principal que se plantean desde Suaralab es encontrar empresas de nueva creación que se sumen a su proyecto para avanzar en una prestación de servicios ágil y con valor añadido. "Cada vez viviremos más años y la Administración no podrá dar respuesta a todas las peticiones de seguridad, asistencia, compañía que necesitan las personas mayores". Según la asociación Amics de la Gent Gran, la soledad no deseada afecta a más de 175.000 personas mayores de 65 años al año en Cataluña, un dato coherente con la estrategia del laboratorio. El jueves abrió su primera convocatoria para start ups y proyectos de servicios de cuidados y atención a domicilio.
También desde Cuideo aseguran la gran importancia de las colaboraciones entre empresas del sector social. Esta compañía ha participado en el evento Four Years for Now (4YFN) que se desarrolla de forma paralela al Mobile World Congress (MWC) en Barcelona y espera que su paso por la feria les ayude a crecer fuera de España mediante acuerdos con otras empresas. "Después de tres años en el mercado tenemos una facturación de cerca de un millón de euros y nuestro impacto económico es de más de 6 millones al año. Somos una empresa solvente, la búsqueda de financiación como fórmula para crecer ya está superada", explica Buzón. Asegura que ahora les toca desarrollarse en Europa. Porque los proyectos sociales también fomentan la economía global.