Los accionistas minoritarios de varias empresas cotizadas están que trinan ante el, a su juicio, escaso celo demostrado por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) en poner coto a los movimientos llevados a cabo, sin mayores problemas, por fondos de inversión que, con sus prácticas bursátiles, han provocado caídas significativas en el precio de los títulos previas a alguna operación relevante de control.
Sonados fueron los movimientos bajistas llevados a cabo en el año y medio previo a que, en junio de 2017, se produjera el rescate del Banco Popular, con la posterior compra del Banco Santander. O ese descenso a los infiernos, con la pérdida del 90% del valor, que protagonizaba el grupo de supermercados Dia, desde que, en julio de 2017, irrumpiera en su capital el empresario ruso Mikhail Fridman.
OPA de la familia Bonomi sobre la chocolatera Natra
Y en una situación similar se encuentra Natra, el grupo chocolatero valenciano, que está en pleno proceso de compra tras la presentación de una OPA de exclusión. La lanzada hace dos meses por World Confectionery (WCG), grupo participado íntegramente por el fondo Investindustrial, gestora de capital riesgo de origen italiano controlado por la familia de los Bonomi, con participaciones en empresas como Port Aventura o Recoletos.
Una oferta diseñada sobre una enrevesada operación y presentada minutos antes de que la propia empresa, el mismo 3 de enero, hiciera públicas las líneas maestras de su plan estratégico 2019-2023, que prevé elevar las ventas hasta casi 480 millones de euros, desde los actuales 379, y alcanzar los 50 millones de Ebitda, 16 más que los registrados al cierre de 2018.
Suspicacias desde el primer momento
Una coincidencia --la de la OPA y el plan, anunciadas de manera simultánea-- que hacía levantar todo tipo de suspicacias entre los accionistas minoritarios de Natra, que, desde el primer momento, se han opuesto ante el precio de 0,9 euros por acción ofrecido por la empresa de los Bonomi, que tendrían que desembolsar un máximo de 142 millones de euros.
Aunque el grupo chocolatero tenía en circulación 60 millones de títulos, tras el lanzamiento de la OPA se elevaban a 152,5 millones y a 5.760 obligaciones convertibles, después de que titulares de 92.590 obligaciones convirtieran en acciones estos instrumentos financieros.
Tras este enjuague, Investindustrial fijaba la oferta en esos 0,9 euros por acción y 900 euros por cada obligación convertible, hasta llegar a ese máximo a desembolsar de 142,48 millones de euros.
Precio calificado de "auténtica granujada"
Precio calificado por algún analista como de “auténtica granujada”, que llevaba a estos pequeños accionistas a montar, en cuanto se presentó la OPA, una plataforma que busca aunar el mayor número de adhesiones posibles para evitar que Investindustrial supere el 90% del capital del grupo chocolatero, y forzar así a los accionistas no adheridos vender los títulos a esos 0,9 euros.
A partir de aquí, a lo largo de estos dos meses los movimientos accionariales en Natra se han sucedido de manera vertiginosa, con la venta de unos 17 millones de títulos por parte de accionistas que han preferido quitarse de enmedio, o la llegada al capital de Bybrook, Deutsche y Banco Sabadell, con los que Investindustrial cerraba un acuerdo previo para convertir sus obligaciones en acciones y comprarlas a esos 0,9 euros.
Operación para atar la OPA
Para atar esta operación, el holding de los Bonomi recibirá 140 millones del fondo británico Pemberton con vencimiento a siete años y otros 40 aportados por Santander y BBVA a través de una línea revolving, de la que hacer uso cuando sea necesario. De esta manera, Investindustrial refinancia los algo menos de 130 millones de deuda financiera y cuenta con liquidez para afrontar nuevas inversiones.
Con todo bien perfilado, los accionistas minoritarios acaban de remitir un informe a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) para que el organismo presidido Sebastián Albella lo tenga en cuenta y obligue a Investindustrial a subir el precio de la OPA.
27 millones en juego
Entienden que el precio objetivo sería tres veces superior a los 0,9 euros ofrecidos por la sociedad controlada por la familia Bonomi. Lo fijan en 2,7 euros, de manera que el valor de la empresa se aproximaría a los 430 millones de euros, en lugar de esos 142 millones contemplados en la OPA. De lograrlo, conseguirían 27 millones más de los que obtendrían con el precio actual.
En el prolijo documento remitido el pasado viernes al supervisor de empresas cotizadas, los accionistas minoritarios hacen hincapié en la necesidad de que la CNMV investigue los entresijos del control que la acción ha tenido en los últimos meses.
Al cierre del pasado ejercicio, la compañía obtuvo un beneficio neto de 23 millones de euros frente a las pérdidas de 9,9 millones contabilizadas en 2017. Y su Ebitda crecía un 51% hasta 34,3 millones de euros.