La transición hacia un modelo energético que reduzca y anule las emisiones de gases del efecto invernadero a la atmósfera y que apueste por fuentes de energía renovables es necesaria para un futuro sostenible. En este sentido, son muchas las políticas que actualmente se están desarrollando para incentivar la innovación y la digitalización del sector energético, dos factores clave para la mejora en la eficiencia y la sostenibilidad, pues actúan como aceleradores de la competitividad empresarial (cada vez más concienciada sobre el medio ambiente) y como pilares de la descarbonización de la economía.
Así lo han destacado algunos de los expertos que participarán el próximo mes de abril en el VIII Smart Energy Congress, un evento que se ha convertido en un congreso anual europeo de referencia. Esta feria, que tiene como objetivo ser un punto de encuentro para debatir tendencias, retos y oportunidades para mejorar la eficiencia energética en ámbitos como las ciudades, las industrias, la energía y las grandes infraestructuras tecnológicas, se celebrará en Madrid los días 3 y 4 de abril.
España cuenta con compañías de amplia experiencia y reconocido liderazgo tecnológico en este campo
La Unión Europea pretende liderar este cambio de sistema energético y, por ello, están desarrollando múltiples medidas para impulsar la eficiencia y la sostenibilidad. Se espera que, en las próximas décadas, las TIC consigan que los sistemas energéticos estén más conectados y sean más inteligentes, eficientes, fiables y sostenibles en todos los sectores de demanda. Además de reducir las emisiones, luchar contra el cambio climático y aumentar la eficiencia, las TIC estimulan el desarrollo de un gran mercado a la vanguardia tecnológica y fomentan la competitividad industrial, creando nuevas oportunidades de negocio.
Un chico andando por una ciudad inteligente / UNSPLASH
En este sentido, cabe resaltar el impacto que han tenido a nivel transversal en la sociedad algunas de las nuevas tecnologías como el internet de las cosas, la inteligencia artificial y la realidad aumentada, que son ejemplos de cómo la digitalización permite la descarbonización de la economía, la reducción de costes energéticos y emisiones de dióxido de carbono.