Barcelona se ha hundido en el ranking de ciudades europeas en función del atractivo para la inversión y el desarrollo inmobiliario que realiza anualmente PriceWaterhouseCoopers (PwC) en colaboración con el Urban Land Institute (ULI). En cambio, Madrid ha mejorado su posición y se sitúa entre las más interesantes.

Según el informe Emerging trends in real estate (Tendencias emergentes en el sector inmobiliario), recientemente publicado, Barcelona ha descendido hasta la 27ª posición de un listado formado por 31 urbes, cuando el año pasado ocupaba el lugar 11º. Por el contrario, la capital de España ha pasado de la quinta posición a la cuarta.

“Inquietud política” tras el 1-O

El análisis de PwC destaca que la pérdida de atractivo de Barcelona se ha registrado “después de la inquietud política generada por el referéndum independentista de octubre de 2017 en el Parlament, que fue declarado ilegal”.

Sin embargo, admite que los “fundamentos” económicos del sector no han cambiado, constata que las empresas siguen creciendo, que hay un buen aumento de los alquileres de oficinas y el distrito tecnológico 22@ continúa atrayendo nuevos inquilinos.

Mercado logístico fuerte

El informe recoge que la ciudad lleva aplicados dos años de un plan decenal de vivienda social que inicialmente se aplicará en 72 puntos con el objetivo de aumentar un 50% el alquiler asequible disponible.

PwC destaca que el mercado logístico es “uno de los más fuertes de Europa” y “funciona bien, impulsado principalmente por el e-commerce”. Además, añade, el rendimiento está en torno al 5,5-6%.

Caída de la inversión

PwC recoge la posición del CEO de un fondo de inversión internacional. “Barcelona ha sido una sorpresa para nosotros. El mercado de oficinas parece no tener efectos negativos derivados de los problemas de la política nacionalista, ni en términos de valor ni en cuanto a demanda de espacio”, explica.

Otros agentes del sector inmobiliario, en cambio, destacan que “algunas ventas se estancaron tras el conflictivo octubre y los inversores han retrasado las inversiones por miedo a caídas de los valores”. Según Real Capital Analytics, las inversiones inmobiliarias ascendieron a 500 millones durante los nueve primeros meses de 2018, muy por debajo de los volúmenes anuales recientes.

Valencia, Málaga, Sevilla, Bilbao y Lisboa, alternativas

El informe subraya que “la inestabilidad política permanece en la mente de los inversores”. “Tenemos un crecimiento muy saludable de nuestras inversiones allí. Sin embargo, creo que hay algunas nubes en el horizonte porque la gente está preocupada con las tensiones secesionistas”, señala el responsable de una socimi.

Algunos inversores, en cambio, consideran que la incertidumbre actual en Cataluña es una ocasión para comprar porque ha generado “muchas oportunidades a precios relativamente interesantes”. Otros, por el contrario, apuntan que la recuperación de la inversión en Valencia, Málaga, Sevilla, Bilbao e incluso Lisboa se debe en parte al capital que ha cambiado Barcelona por estas ciudades.