La Ciudad Condal entra por primera vez en el listado de las principales ciudades tecnológicas del mundo Tech Cities 2019, elaborado por la consultora internacional Savills para identificar los treinta grandes centros de innovación a nivel global. La capital coruñesa de Santiago de Compostela y Barcelona son las únicas ciudades españolas con presencia en este ranking, ocupando esta última el puesto 21 de la clasificación, justo detrás de Hong Kong, uno de los tantos gigantes tecnológicos asiáticos. Santiago de Compostela se queda en el puesto 27, cerrando la lista con Buenos aires, Bengaluru y Ciudad del Cabo.
Tras analizar los distintos parámetros que hacen atractivas a estas urbes, como la infraestructura TIC, el entorno empresarial, el talento, el estilo de vida, los servicios para la movilidad o los gastos de alojamiento o coworkings, la ciudad de los rascacielos, Nueva York, ha sido elegida como la más tecnológica a nivel global. San Francisco, Londres, Ámsterdam y Boston completan los cinco primeros puestos mundiales. Dentro de los distintos parámetros estudiados en el Tech Cities 2019, Barcelona ocupa una situación importante en:
Es la tercera en dinamismo y bienestar del total de ciudades analizadas
La calidad de vida en Barcelona, no sólo por factores ligados a la salud y al medioambiente tales como los niveles de polución, la calidad de sus parques, la asistencia sanitaria o índices de delincuencia; sino también su oferta cultural, de entretenimiento, vida nocturna y experiencias y compras, han permitido a la capital catalana un despunte a nivel internacional como ciudad dinámica y abandera del bienestar.
La Sagrada Familia, ejemplo de oferta cultural / UNSPLASH
De las treinta ciudades analizadas, Barcelona es la tercera, sólo superada por Londres y Berlín, que ocupan el primer y segundo puesto respectivamente. Todo esto, convierte a la Ciudad Condal en un centro de referencia para el sector tecnológico en el sur de Europa.
Es la quinta ciudad con mejor infraestructura de transporte
Esta quinta posición se debe, entre otras cosas, al sistema de bicis compartidas y a la introducción de la tecnología en su red, además de la calidad de su infraestructura, que permite el desplazamiento de forma ágil por toda su área metropolitana. El clima mediterráneo y la llanura del territorio hacen que Barcelona sea una de las principales ciudades cycle friendly de las treinta analizadas.
Carril bici en Barcelona / UNSPLASH
La Ciudad Condal permite a sus residentes realizar viajes más cortos en bicicleta, con un acceso más fácil a los servicios y un mejor equilibrio entre la vida laboral y personal. La superan Londres, Estocolmo, Nueva York (la ciudad con el sistema de metro más grande del mundo y más caro) y Shanghái.
Se consolida como la séptima en el 'ranking' de costes inmobiliarios
Frente otras muchas grandes ciudades tecnológicas, Barcelona tiene unos costes bastante asequibles en cuanto al real state, el mercado inmobiliario, del que formarían parte los precios de los del alojamiento o de coworking. Ocupa la séptima posición en apartado relativo a costes inmobiliarios.
Sector inmobiliario en Barcelona / UNSPLASH
En este sentido, el gasto del alquiler de una vivienda en la capital catalana es de 280 euros a la semana, por debajo de los casi 400 euros de media de las ciudades de este ranking. Respecto al alquiler de un despacho privado en un coworking, el coste medio en Barcelona se sitúa en los 430 euros, frente a la media de 670 del total del conjunto Tech Cities 2019.
Ocupa la 24ª posición por su ecosistema empresarial
La cultura de start ups en Barcelona, así como el impulso al I+D y a la innovación le conceden el 24º puesto de todas las ciudades analizadas y destaca que un total de 433.400 personas tienen un puesto de trabajo ligado al ámbito financiero y de negocios, frente a la media de 1,1 millones del total de urbes que integran el estudio.
Personas andando por la calle / UNSPLASH
No obstante, si se analiza el ecosistema empresarial en el ámbito tecnológico, Barcelona se situaría en 26ª posición, con una inversión anual de 1.500 millones de euros en venture capital durante el periodo 2016-2018.