Nuño de la Rosa se comprometió en junio del pasado año, cuando llegó a la presidencia de El Corte Inglés, a que en un año reduciría en unos 1.000 millones los 3.650 millones de euros de deuda que el grupo tenía entonces, de cara a que la calificación de su pasivo saliera del bono basura y poder así financiarse a interés más bajo en los mercados de capitales.
Siete meses después, esa deuda tan solo se ha reducido en 350 millones, hasta los 3.300 millones, con lo que al grupo de distribución empieza a urgirle la venta de activos por unos 700 millones para que De la Rosa cumpla lo prometido.
Lo ingresado da para poco
De momento, lo ingresado da para pocas alegrías. Tan solo 350 millones de euros con el traspaso a Corpfin Capital de cuatro inmuebles en Madrid, Bilbao y Valencia por 190 millones. Y los centros comerciales de Parquesur y La Vaguada, también en Madrid, adquiridos por Unibail Rodamco por 160 millones.
Si finalmente la negociación se salda con éxito, este mismo mes de febrero (cuando El Corte Inglés cierra su ejercicio fiscal 2018-2019), o ya en marzo, podría concretarse la venta de 30 activos logísticos. Una superficie de 500.000 metros cuadrados por los que el fondo estadounidense KKR, junto al británico Round Hill, estarían dispuestos a pagar un máximo de 170 millones.
Los fondos presionan rebajas
Una rebaja del 20% sobre la cantidad que había previsto obtener El Corte Inglés, sabedores los fondos de las necesidades imperiosas que el grupo presidido por Nuño de la Rosa tiene de vender para reducir deuda y salir de ese bono basura que le impide salir con solvencia a los mercados de capitales.
De cerrarse este acuerdo, restarían por concretarse ventas, en los próximos cinco meses, por valor de unos 500 millones para que De la Rosa cumpliera su compromiso.
Fiasco de la venta de Iecisa, filial informática
Podría haberlo logrado ya. Otros casi 400 millones estuvieron a punto de llegar en Navidad con la venta de Iecisa, la filial de informática, pero la operación se fue finalmente al traste.
La que iba a ser su compradora, el grupo mexicano Kio Networks, cuyo mayor accionista es la empresaria María Asunción Aramburuzabala, se echaba atrás. Argumentó la azteca que, tras el cambio de Gobierno en México, no era el momento adecuado para acometer una compra de tal envergadura.
Patrimonio inmobiliario inflado
A partir de aquí, El Corte Inglés se ha puesto en manos de PwC para que agrupe activos para su venta por un importe mayor, de cara a obtener entre 1.500 y 2.000 millones. Y, de paso, determine el valor real de su patrimonio inmobiliario.
Hasta la propia empresa ha reconocido que los algo más de 17.000 millones en que están tasados sus activos podrían estar inflados.
“Esta valoración podría tener que ser ajustada a la baja en el futuro, dado el carácter ilíquido de los activos inmobiliarios", asumía El Corte Inglés en el folleto de la última emisión de bonos, dejando entrever la situación de pérdidas en la que se encuentran algunos centros comerciales.
Facturación mirada con lupa
Ligado al gran objetivo de reducir deuda, El Corte Inglés mira con lupa, a diario, la facturación que realiza. De la misma depende que el Ebitda suba y, de esta manera, la ratio sobre la deuda baje de las 3,7 veces en que ahora se encuentra.
En ese sentido, las cuentas están cogidas con alfileres. Como recogía la agencia Moody’s, en uno de sus últimos informes sobre la situación financiera del principal grupo de distribución de España, los compromisos financieros de El Corte Inglés se elevan a 4.400 millones, incluyendo las últimas emisiones de bonos, los pagarés de los empleados y la deuda corporativa.
Se necesitan 5.700 millones de ventas en rebajas
Con el desigual comportamiento de las ventas en el ejercicio 2018-2019, la facturación de los meses de enero y febrero, en pleno periodo de rebajas, va a tener que ser muy alta.
De casi 5.700 millones para igualar los 15.935 millones de 2017, toda vez que entre marzo y diciembre de 2018 las ventas llegaban a 10.262 millones, ligeramente por debajo del año anterior.
Black Friday bueno, Navidad mala
En diciembre, tras una buena campaña del Black Friday en el mes anterior, El Corte Inglés veía cómo las compras navideñas fueron más austeras que un año antes, y solo daba para alcanzar una cifra de negocio de 1.687 millones, un 0,58% menos.
Y podía haber sido peor de no haber lanzado agresivas campañas por las que los clientes recibían hasta el 15% del importe de algunas compras para futuras adquisiciones. Maniobra que permitió que las caídas del 3% registradas en la primera quincena de diciembre se maquillaran al final del mes.