Llegar y besar el santo. Cinco años después de abandonar el cargo de consejero delegado de Parques Reunidos, José Díaz vuelve a ocupar el puesto para cubrir la vacante que hace cuatro meses dejó Fernando Eiroa tras presentar la dimisión.
Lo hace tras la insistencia de su viejo amigo Richard Golding, con el que ya compartió labores ejecutivas en la multinacional gestora de parques de ocio entre 2003 y 2014 --uno de presidente y otro de consejero delegado--, y tras garantizarse el cobro de un generoso incentivo.
Plan de incentivos a largo plazo
Ese incentivo es la entrega de un bonus, por 378.996 acciones, que, a los actuales 10,52 euros a los que cotizan las acciones del grupo, tienen un valor de 4 millones de euros. Lo podrá hacer efectivo entre enero de 2021 y diciembre de 2024.
Un paquete accionarial futuro, equivalente al 0,469% del capital de Parques Reunidos, que se sumará a otras 547.232 acciones que ya obran en su poder. Entre unas y otras, Díaz cuenta con títulos por el 1,147% de la multinacional, actualmente valorados en casi 10 millones de euros.
Reencuentro cantado
El reencuentro de ambos directivos estaba cantado desde que Fernando Eiroa presentara su dimisión, de forma sorprendente, el pasado 4 de octubre. En ese momento, Golding --que también ejerce de presidente no ejecutivo de la cadena Dia-- asumió provisionalmente las funciones ejecutivas del grupo de parques de ocio y recreativos, hasta la llegada del nuevo consejero delegado.
Richard Golding había sido repescado por Parques Reunidos en julio de 2018 para sustituir al también británico Peter Long, que renunciaba por la obligación de atender otros compromisos profesionales.
Fructífera etapa anterior
En su anterior etapa al frente del grupo gestor de parques, el tándem Golding-Díaz, que venía de compartir experiencia previa en Aspro, otra empresa dedicada al sector del ocio, lideró, a base de compras, la expansión internacional de la empresa. Entre 2004 y 2010 fueron adquiridos 50 parques, llegando a los 70 recintos, la base sobre la que el grupo emprendió su nueva etapa de crecimiento.
Golding no escondía su satisfacción tras haber convencido a su amigo para que volviera a ser el primer ejecutivo de Parques Reunidos. “Estoy encantado de que regrese. Durante diez años contamos con José en el equipo, durante una etapa que supuso la transformación del grupo en la multinacional que es hoy”, comentaba el directivo británico afincado en Madrid y metido a bodeguero en tierras gaditanas.
Cierre de operación y movimientos de los accionistas
El retorno de Díaz se produce días después de que Parques Reunidos cerrara la compra al grupo Tanjong del parque acuático alemán Tropical Island por 226 millones de euros. Una operación financiada con cargo a un tramo adicional de las líneas de crédito disponibles, en condiciones similares a la deuda existente.
En los días previos al aterrizaje del nuevo consejero delegado, algunos de los accionistas significativos acometieron ciertos movimientos en el capital que controlan de la multinacional recreativa.
Un fondo de las Caimán suma el 9%
Entre ellos, el inversor estadounidense de origen hindú Mandeep Manku, que aumentaba su presencia en Parques Reunidos hasta el 9%. Lo hacía a través de uno de los vehículos inversores del fondo Coltrane, radicado en el paraíso fiscal de las Islas Caimán.
También aparecía como accionista significativo el empresario británico Peter Harris, quien tras acometer la reorganización fiscal de su negocio, acreditaba ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) la tenencia del 4,34%.
Los March, al frente del accionariado
Al margen de estas entradas, tanto Morgan Stanley como Goldman Sachs decidían retroceder o modificar sus posiciones. En el caso de Morgan Stanley reducía la participación del 7,18% al 6,63%, mientras que Goldman convertía la casi totalidad de sus 4,36 millones de acciones, equivalentes al 6,44%, en instrumentos financieros derivados.
Con todo, al frente del accionariado se mantienen, con sendas participaciones del 20%, Corporación Financiera Alba --la sociedad patrimonial de la familia March-- y el grupo belga Brussels Lambert. Ambos compraron, entre enero y marzo de 2016, las acciones vendidas por el fondo británico Arle.