Banco Sabadell ha anunciado este viernes que ha cerrado el ejercicio de 2018 con unos beneficios de 328,1 millones de euros. Cifra que implica un hachazo del 54,2% respecto del año anterior, cuando se alcanzaron los 717 millones. Los motivos de este descenso acusado tienen nombre y apellido: TSB, la filial británica del grupo financiero presidido por Josep Oliu.
Solventar los problemas que se generaron en la migración de la plataforma tecnológica que usaba anteriormente la entidad de Reino Unido al ecosistema del Sabadell ha generado un agujero de 637,1 millones en las cuentas. Sin tener en cuenta estos extraordinarios, el banco habría presentado un beneficio neto de 783,3 millones, el 9,6% más que el ejercicio anterior, tal y como señalan en la información remitida a los accionistas.
Cierre de la migración
No se generarán nuevos impactos económicos en este sentido. La entidad anuncia que da por concluida la migración y todos sus derivadas. Hecho que también ha provocado un cambio en la cúpula directiva, ya que Debbie Crosbie es ahora la nueva consejera delegada del TSB.
Los errores de la migración llegaron a propiciar que se solapara la información de las cuentas de los clientes del grupo. El Sabadell ha arreglado todos los problemas y ha comparecido incluso ante el Parlamento británico para dar explicaciones. El reto de la entidad es que su filial crezca ahora entre el segmento de particulares. Además, la cúpula mantiene los ojos abiertos para ver la resolución del Brexit y las derivadas que pueda generar a su grupo financiero.
Más negocio bancario
Más allá de TSB, el negocio bancario del Sabadell ha crecido el 2,9% en el último trimestre, porcentaje que se eleva hasta el 4,1% sin tener en cuenta el impacto de la filial.
El grupo financiero ha ingresado 3.675,2 millones en concepto de intereses, el 0,7% más que el año anterior. Mientras que el margen de clientes ha avanzado el 2,73% a nivel de grupo (2,68% sin el lastre de la filial británica) y las comisiones netas han crecido el 9,6%.
Los gastos de explotación se sitúan en 2.920,4 millones frente a los 2.680,8 del ejercicio pasado y los costes recurrentes se quedan en los 2.674,3 millones. Un balance que estaría saneado sin los 246 millones de gastos no recurrentes que se generaron en Reino Unido.
Incremento del crédito
La entidad cierra 2018 con un avance del 3,2% del crédito vivo. Se impulsa por el “buen comportamiento de las pymes y de las grandes empresas en España”, señala a sus accionistas, así como el “fuerte crecimiento en México”. El de nueva producción alcanza los 55.594 millones (7% más) y los nuevos hipotecarios llegan a los 4.024 millones, el 17,5% más. Cifra que demuestra la buena marcha del sector.
También se ha incrementado la financiación al consumo el 14,8%, hasta los 2.173 millones. Este dato incluye el negocio de Sabadell Consume Finance. Todo ello sitúa en los 139.366 millones la inversión crediticia bruta.
Recursos de clientes
Los recursos de los clientes totalizan los 137.343 millones, el 4,2% más que el año precedente. Han crecido las cuentas a la vista y los depósitos a plazo, aunque las rentabilidades aún son muy bajas por el nivel de los tipos de interés.
En cuanto a los fuera de balance, se llega a los 22.034 millones de activos. Están valorados en 22.322 millones, cifra que implica el avance del 0,6% interanual.