Ana Botín, la presidenta del Banco Santander, tenía ganas de dejar bien clara su postura acerca de la política fiscal. No tanto por la aplicación de la conocida ‘tasa Tobin’, ese 0,2% por la compraventa de acciones de una empresa, como por gravar con un 5% los dividendos expatriados.
“Ya pagamos 5.200 millones de impuestos y no tiene sentido de que volvamos a pagar por los 4.000 millones que traemos a la matriz en España”, afirmaba categórica la presidenta del Santander, durante su comparecencia ante los medios para evaluar los resultados obtenidos por la entidad en 2018.
Ni pagar dos veces ni gravar con pérdidas
En este sentido, Ana Botín asume que se “paguen impuestos donde se generan los beneficios y ya está, pero no pagar dos veces ni tampoco gravar cuando se producen pérdidas”, añadía.
“La política fiscal ortodoxa es fundamental para que, al final, no se termine cargando el coste a los clientes en el acceso a los créditos”, sentenciaba la presidenta del banco la cuestión fiscal.
Suben más los impuestos que los beneficios
Los 5.230 millones de euros de carga fiscal soportada por el Santander en 2018 suponen un incremento del 14% respecto a los casi 4.600 abonados un año antes.
Un porcentaje superior al 9% que aumentaba el resultado ordinario antes de impuestos, que llegaba a los 14.776 millones en 2018 sobre los 13.550 millones del ejercicio precedente.
Marcha atrás al fichaje de Orcel como CEO
Al margen de tema impositivo, Ana Botín tuvo que hacer frente a reiteradas preguntas acerca de dos cuestiones polémicas. Uno, en clave interna, como ha sido la decisión del banco de dar marcha atrás en el fichaje del italiano Andrea Orcel como consejero delegado, y otro, relativo a la reputación del sector financiero tras la supuesta trama de espionaje montada por el expresidente de BBVA, Francisco González, con la contratación del excomisiario de policía José Manuel Villarejo.
Sobre la decisión de no contratar a Orcel, comentaba Botín que “tomamos la decisión correcta cuando supimos las cifras finales que teníamos que asumir, y nos limitamos a seguir en todo momento la política interna de gobierno corporativa del banco”.
Plena confianza en Álvarez, "un soldado como yo"
En relación a esta cuestión y a la posible demanda que el banquero italiano pudiera interponer, con el cobro de una indemnización millonaria al entender que la no contratación no estaba justificada, la presidenta del Santander no quiso entrar en cuestiones que son “estrictamente confidenciales”.
Un tema, el del relevo en el máximo puesto ejecutivo del Santander que, de momento queda aparcado. “José Antonio Álvarez seguirá como consejero delegado de manera indefinida. Él es, como yo, un soldado y hacemos lo que nos toca. Todos hemos pasado por circunstancias similares”, zanjaba Botín.
Botín acota la reputación de la banca
Tampoco se explayaba en exceso la presidente del Santander con el supuesto espionaje llevado a cabo por BBVA. “Nosotros no estamos involucrados en este asunto y solo puedo decir que el BBVA es un gran banco”, apuntaba.
Sí entraba más a fondo Ana Botín cuando se quiso relacionar la mala reputación de la banca española con la operación de adquisición del Banco Popular, por las denuncias que esta compra ha acarreado.
Las cuentas de la 'operación Banco Popular'
“No sé qué tiene que ver la reputación con el Popular. Nosotros no tuvimos nada que ver con la intervención. Fue Europa. Y solo acudimos después ante la oportunidad que se planteó”, recordaba Botín la secuencia de cómo se produjo el cambio de manos del Banco Popular en junio de 2017.
Una operación que, echaba cuentas la presidenta del Santander, “hubiera costado 36.000 millones de euros de no haberse producido, y que ha ahorrado 3.000 euros a 19 millones de familias”, cuantificaba Botín.
Plan estratégico, el 3 de abril en Londres
Respecto al futuro de la entidad, que el próximo 3 de abril presentará en Londres su nuevo plan estratégico, ni Botín ni el consejero delegado, José Antonio Álvarez, quisieron adelantar muchos detalles.
Solo dos, que se buscará alcanzar una rentabilidad --ahora en el 11,7%-- de entre el 13% y el 15%, y un capital que llegue al 12% en el medio plazo, desde el actual 11,3%.