Siemens y Alstom han anunciado este lunes que hacen más concesiones a la Comisión Europea para que el regulador de la competencia comunitaria autorice su fusión. Proponen nuevas desinversiones para dejar claro que la integración del negocio ferroviario de ambas compañías no llevará a un monopolio en el sector, tal y como investiga Bruselas desde el pasado verano.
Las conclusiones de las pesquisas se publicarán como muy tarde el 18 de febrero, casi un año después de que se anunciara la integración. Las multinacionales no son demasiado optimistas con el resultado que puedan obtener. Competencia se ha mostrado desde el primer momento muy cauta con los impactos que pueda tener en el mercado ferroviario europeo la creación de un gigante como el que pretenden dar forma.
Competencia internacional
La firma cuya facturación agregada alcanzaría los 15.300 millones de euros y dará trabajo a 45.000 empleados. Se generará un gigante que incluso desde las propias Siemens y Alstom reconocen que distorsionaría algo el mercado europeo. Pero es precisamente este tamaño el que da sentido a la operación.
Deben obtener suficiente fuerza para hacer sombra a grupos como el fabricante chino CRCC, la canadiense Bombardier o la rusa Transmashholding. Especialmente de los asiáticos, que han copado el sector. De hecho, se reconoce sin tapujos que el perímetro actual de Alstom y Siemens no les permite ejercer como un operador global. Deben crecer, pero este proceso se deberá realizar con un equilibrio complejo para limitar los impactos en el mercado europeo.
Planes de desinversiones
Los grupos industriales ya plantearon un primer plan de desinversión a Bruselas el 12 de diciembre pasado. Unas “concesiones” que les permitían mantener el “valor económico e industrial” que se había plateado, tal y como indican las empresas en un comunicado. Ahora, se han incrementado.
“Siemens y Alstom han continuado el diálogo con la Comisión Europea y han decidido proponer una modificación adicional”, reconocen en la nota que se ha hecho pública. Esperan que estas nuevas desinversiones sean suficientes para dar “respuesta a las inquietudes planteadas en las pruebas de mercado” pero que, a la vez, “preserve el valor económico e industrial del acuerdo”.
Optimismo limitado
El optimismo de las multinacionales es limitado. “No existe, sin embargo, certidumbre de que el contenido de este paquete será suficiente para aliviar las preocupaciones de la Comisión”, reconoce. Fuentes de las compañías advierten que disponen de poco margen para desprenderse de más patentes o licitaciones.
Bruselas anunció en junio que abría una investigación en profundidad sobre la integración de Alstom y Siemens. Explicó que sospechan de que la integración del negocio ferroviario francés y el alemán podría reducir la competencia en el suministro de varios de tipos de trenes y sistemas de señalización.
Impacto en la competencia
Esto llevaría a un incremento de precios y a reducir la libertad de elección e innovación como consecuencia de la menor competencia, hecho que deterioraría el actual sistema ferroviario europeo. Competencia quiere evitar llegar a este escenario a toda costa. En contrapartida, las empresas advierten de que si se les pone coto a su crecimiento no podrán competir en el mercado internacional.