Entrar en una cafetería, pedir cualquier producto y pagarlo a través de un lector de rasgos biométricos, el llamado pago invisible, será una realidad en breve en Barcelona. Los impulsores del Payment Innovation Hub de la ciudad ha iniciado una prueba piloto que se realizará tanto en la cadena de establecimientos de comida rápida Viena como en la cantina del Pier 01, la casa de los emprendedores de la ciudad situada en el Palau de Mar.
Será el primer test del proyecto Face to Pay (la cara para pagar) que se ha desarrollado en el primer año de vida de esta entidad que une los intereses en innovación de Caixabank, Global Innovations Payments, Samsung, Visa y Arval. El test cero tendrá lugar en el propio Pier 01 por una cuestión casi práctica, tal y como explica la consejera delegada de la agrupación, Silvana Churruca. Los más de 1.000 profesionales que trabajan en la llamada casa de los emprendedores “son early adopters de las nuevas tecnologías”, por lo que se aseguran que testearán la plataforma.
Detectar fallos
También se tiene en cuenta que comparten un perfil de emprendedor con una sensibilidad destacada para la innovación. “Llevamos el piloto aquí para ver qué trampas intentan hacer para hackear el sistema”, señala la directiva. Considera que sacarán los errores y podrán mejorarlo.
Una vez superado este estadio, será cuándo se pueda testear en algunos de los establecimientos del grupo Viena. Un entorno con “mayor flujo de clientes, operaciones y experiencias diferenciadas”.
Rasgos biométricos
¿Cómo se realiza el pago? De forma parecida a cómo se desbloquea un teléfono móvil o una tableta. Se abonará el ticket a través de una aplicación que estará instalada en un dispositivo. Los usuarios deberán darse de alta en la plataforma que permitirá este pago invisible. El registro implica cargar cinco fotografías distintas de la persona que permita al sistema obtener los rasgos necesarios para identificar a una persona incluso con pequeños cambios como el uso de gafas, de bufanda o estrenar un peinado.
La experiencia del 'Grab and Pay' en el Payment Innovation Hub de Barcelona / CG
En cuanto a la seguridad, se deja claro que no se habilitará ningún archivo de fotografías de todos los que estén interesados en usar el sistema. Por protección de datos, sólo se guardarán los “rasgos biométricos característicos”, indica Churruca, que serán “encriptados”.
Seguridad
Cuando se escale la tecnología se deberá abordar el debate de quién es el encargado de guardar toda esta información. Una de las posibilidades que está sobre la mesa es que lo hagan las entidades bancarias, de forma similar almacenaje de contraseñas y números pin de los clientes que se hacen en la actualidad.
El pago invisible no es el único que se investiga en el Payment Innovation Hub de Barcelona. Se ha puesto en marcha el proyecto Grab & Go y Scan & Go, que permite a los clientes abonar un producto sin tener que hacer cola en una caja. Se implanta una etiqueta que tiene un coste de unos diez céntimos que un lector detecta de forma automática cuando se pasa por un arco o un panel habilitado con la tecnología necesaria. La parte del pago se cubre mediante una tarjeta de plástico con los datos personales que se leen solos.
‘Contactless’ y pago móvil
Se trata de una innovación en pleno desarrollo y que conlleva grandes retos en cuestiones de seguridad. También se trabaja con la implementación de códigos QR escaneables que automaticen el pago.
Los cambios están en pleno proceso de cambio y la investigación que se desarrolla en Barcelona apunta hacia cuál será el próximo paso que den los consumidores. Por ahora, se ha conseguido que el contactless y el pago móvil sea ya una realidad asentada en toda España.