El Tribunal de Instancia Mercantil de Sevilla ha declarado el concurso voluntario de siete compañías pertenecientes a la familia Benjumea. Se trata de Inversión Corporativa IC, Finarpisa, Iniciativas de Bienes Inmuebles, Iniciativas Concertadas, Iniciativas de Bienes Rústicos, Explotaciones Casa Quemada y Herrería la Mayor.
El activo patrimonial conjunto se eleva a 140 millones de euros y las deudas, a 130 millones.
Fallido en octubre
Según un auto publicado el martes en el Boletín Oficial del Estado, las deudoras conservan las facultades de gestión y disposición de su patrimonio, pero sometidas a la intervención del despacho AATI Concursal, al que el juzgado ha confiado las funciones de la administración concursal. Dicha firma ha designado para tales menesteres a Joaquín Miguel y Javier Aguilar Cazorla, Joaquín Arbona Prini, Miguel Isasi Fernández de Bobadilla y Francisco Tato Jiménez.
Las empresas ahora insolventes promovieron el preconcurso de acreedores el pasado mes de octubre. Ahora han llevado sus estados contables al juzgado, por cuanto dicho expediente no pudo culminar en convenio.
Accionistas de postín
Inversión Corporativa IC tiene su sede en Finca Quemada, de Sanlúcar la Mayor (Sevilla). Es la sociedad holding del entramado y titular directa o indirecta del resto de compañías. A su vez, el capital de IC es propiedad de siete sociedades patrimoniales controladas por los 11 hermanos Benjumea, así como de los otros accionistas del grupo. Entre estos últimos figuran los próceres de la alta sociedad hispalense Aya Abaurre, Abaurre Llorente, Sundheim Losada y Solís.
IC es la compañía por medio de la cual los Benjumea y sus socios mandaban en el gigante Abengoa, el mayor conglomerado de energías renovables e ingeniería del mundo. Este consorcio de vastas dimensiones, un enjambre de más de 700 compañías desperdigadas por 15 países, llegó a valer en bolsa 4.000 millones.
Naufragio histórico
Pero la desafortunada gestión de los Benjumea colocó Abengoa al borde de la mayor quiebra de la historia mercantil hispana, con una deuda de 9.000 millones. La intervención de los bancos fue decisiva para salvar el conglomerado.
Tras el rescate de Abengoa por parte de sus acreedores financieros, la participación de IC en el grupo sevillano, que había rondado el 50%, se redujo a poco más del 2%. El valor bursátil de las acciones de Abengoa en poder de Inversión Corporativa se ha convertido en humo.