Isak Andic ha conseguido esta semana lo que parecía imposible, cerrar el año con la reestructuración de 500 millones de euros de deuda de Mango. La operación se abrió en verano y afecta al grueso del pasivo de la multinacional textil.
El empresario catalán ha conseguido oxígeno económico hasta 2023 gracias al pacto alcanzado con las grandes entidades del país. Participan en el pool Caixabank, Banco Sabadell, Santander y BBVA, que han aceptado prolongar cuatro años el vencimiento, tal y como ha avanzado El Confidencial.
Los mismos tipos de interés
Los portavoces de la empresa daban por sentado que la operación se prolongaría hasta 2019, pero se han cerrado los flecos de la reestructuración de forma anticipada. La banca acreedora ha dado luz verde a aplazar cuatro años los 170 millones de euros de vencimientos previstos para 2019 y otros tres años los 330 millones restantes. Los tipos de interés se mantendrán en un nivel muy similar al actual.
Isak Andic (i), fundador de Mango, y el director general del grupo textil, Toni Ruix (d) / CG
En contrapartida, las entidades han introducido una cláusula que no aparecía en el anterior. Exigen a la cúpula de Mango que si en algún momento se quiere vender la compañía, deberá pedir el visto bueno del pool.
Límites de rato de endeudamiento
También fijan un límite a la ratio de deuda sobre beneficios brutos. Al final del préstamo, el pasivo nunca debe superar en tres veces el ebitda del grupo. Este covenant supone un verdadero reto para el nuevo director general del grupo, Toni Ruiz. Ahora la relación está sobre las cuatro veces, hecho que implica reducir el volumen total en un 25%. El ejecutivo indica en un comunicado a los medios que el pacto económico representa una "clara demostración de apoyo de la banca al business plan de la compañía, así como el equipo gestor responsable de llevarlo a cabo".
Todo esto, en un momento de cambio para el grupo. Mango sufre los efectos de las nuevas tendencias de consumo de moda. Los clientes cada vez usan más el canal on line y realizan menos compras impulsivas, además de buscar productos cada vez más exclusivos que se escapan del modelo de las llamadas marcas de fast fashion.
Según Ruiz, la refinanciación ayudará a poner en marcha la "reordenación de nuestro parque de tiendas (con puntos de venta de mayor tamaño) y la transformación digital de la organización”.
Pérdidas de 2017
La firma propiedad de la familia Andic cerró 2017 con unos números rojos de 33 millones de euros, un hito para el grupo que implicaba encadenar dos años consecutivos de caídas de ventas. La facturación del grupo se redujo el 2,9% hasta los 2.194 millones de euros.
El cierre del ejercicio fiscal en curso está condicionado por las ventas de esta Navidad. Mango ha señalado que el público ha recibido de forma positiva sus propuestas para verano y otoño, queda saber si este optimismo se mantiene en las próximas semanas. Ahora, el grupo asume el reto con algo más de flexibilidad. Dispone del oxígeno financiero necesario para relanzar su estrategia a cuatro años vista.