Las pérdidas del diario 'Ara' se cuadruplican hasta 2,6 millones

Edició de Premsa Periòdica, sociedad editora del diario independentista Ara, está de enhorabuena. El jueves celebró por todo lo alto su octavo aniversario. El acto, congregado en el Palau de la Música, contó con la asistencia de Joaquim Torra y Roger Torrent, presidentes de la Generalitat y del Parlament, respectivamente.

En su discurso, la directora Esther Vera subrayó que el Ara no pretende adoctrinar a sus lectores, sino “contribuir al debate de las ideas”. Durante la sesión se proyectó un vídeo con los acontecimientos más destacados del último año.

Publicidad institucional

Ara cuenta con una doble edición, una impresa y otra digital. Los ocho años de vida de la cabecera componen una sucesión de pérdidas sin interrupción. En 2017, los gestores de la casa preveían una notable mejora de la cuenta de resultados, pero ocurrió todo lo contrario.

El motivo radica en el bajón que experimentó la publicidad institucional, en particular la de la Generalitat, sobre todo en el último tramo del año. La propia sociedad editora reconoce en su memoria que el principal riesgo al que se enfrenta es la dependencia de los ingresos publicitarios provenientes de las instituciones públicas.

Nuevas aportaciones de los socios

Ante este hecho, hubo que modificar sobre la marcha el plan de negocio. Además, los socios tuvieron que aportar recursos frescos para cubrir el fondo de maniobra negativo. En conjunto, la contribución de los socios ascendió a 1,3 millones.

Ara facturó 12,3 millones, con mengua de medio millón. Esta rebaja trunca la trayectoria alcista que venía cosechando desde sus comienzos. Las ventas en quiosco y suscripciones mejoraron de 6,6 a 7,2 millones, dato muy remarcable teniendo en cuenta que el sector registró periodístico caídas de doble dígito. En cambio, la venta de espacios publicitarios se desplomó de 5,7 a 4,4 millones. El resto del giro procedió de las promociones y el comercio electrónico.

Quebrantos

En cuanto a los resultados, Edició de Premsa Periòdica volvió a cerrar el ejercicio con números rojos. El saldo de las cuentas arroja 2,6 millones de déficit antes de impuestos, que significan haber multiplicado las pérdidas por cuatro. Y ello, tras ingresar 313.000 euros de subvenciones a fondo perdido. Con el resultado de 2017, el déficit acumulado en los ocho años de existencia supera ya los 14 millones.

En la tabla adjunta se reseña la evolución de la plantilla y las principales magnitudes de la empresa en el último lustro. Tal como se puede observar, por quinto ejercicio seguido los recursos propios muestran signo adverso y se baten en retirada.

Socios de postín

Ello implica que la empresa se encuentra en causa de disolución, por lo que o bien se amplía capital o bien se liquida la sociedad. La editora evita tal circunstancia por la existencia de préstamos participativos concedidos por los dos principales socios, que son la empresa Acta Diurna, propiedad de la familia Rodés, con un 38,77%, y la Fundación Privada Lluís Carulla, vinculada a los dueños de Gallina Blanca, con el 26,81%.

Otro de los socios es Minoria Absoluta, la productora de Toni Soler, que se está haciendo de oro gracias a los cerca de 7 millones anuales que recibe de TV3 para la realización de varios programas, entre ellos Polònia.

'Ara Baleares'

Entre Acta Diurna y la Fundació Carulla llevan prestados más de 8 millones al Ara. Dichas aportaciones, en concepto de préstamos participativos, se contabilizan como fondos propios, por lo que el Ara soslaya la causa de disolución. También se prevé para este año otra ampliación de capital. Será la octava vez que los socios se rasquen el bolsillo desde la fundación del diario. El Ara tiene una edición en Baleares, que el año pasado aumentó sus pérdidas de 131.000 a 335.000 euros.

Fernando Rodés Vilá preside el consejo de administración del Ara, en representación del paquete de acciones de Acta Diurna. Rodés es también miembro del consejo de administración de Acciona, la constructora madrileña que ha protagonizado el formidable escándalo de ATLL. Este embrollo, provocado por Artur Mas, puede acabar costando a los contribuyentes catalanes más de mil millones de euros.