El excéntrico empresario murciano Trinitario Casanova --el mismo que no duda en presentarse ante notario con un chaquetilla, como ha hecho en alguna ocasión-- es un hueso duro de roer cuando de sacar tajada se trata. Y la cadena hotelera Riu lo está pudiendo comprobar.
Un juez acaba de decretar la suspensión de las obras de remodelación que el grupo mallorquín a cabo en el Edificio España, donde está en juego una inversión de 400 millones de euros, para poner en marcha un hotel de casi 600 habitaciones.
Incumplimiento de contrato y paralización de obras
Lo hace el magistrado atendiendo la demanda que, a principios de verano, interpuso el Grupo Baraka, el holding de Casanova, por supuesto incumplimiento de contrato, ante la negativa de Riu a escriturar a su nombre, según el empresario, los 15.000 metros cuadrados comerciales ubicados en el primer sótano y en las dos primeras plantas del inmueble.
Además, el pasado octubre, el empresario murciano ampliaba la demanda para solicitar la paralización cautelar de las obras de rehabilitación --la ahora atendida por el juez-- en base a que no se estaban ejecutando conforme al proyecto pactado.
La artimaña de Casanova toca las narices
En su escrito, Baraka aseguraba que las discrepancias entre Riu y la dirección facultativa de las obras, en manos de estudio RCCyP, se habían saldado con la renuncia de este estudio de arquitectura, ante la negativa de la propiedad a ejecutar todas las obras de refuerzo y consolidación estructural.
Los hoteleros reaccionaban ante la demanda, señalando que todo era una artimaña de Casanova para intentar conseguir algo a lo que no tiene derecho. Argumentaban desde Riu que Baraka no tenía firmada ninguna opción de compra por la zona comercial, sino simplemente un mandato para la búsqueda de inversores que, según la hotelera, el empresario había incumplido. Y advertían de ejercitar cualquier reclamación de daños y perjuicios en todo lo que afecte a la pretensión de paralización de la obra y a la reputación de la empresa.
El Ayuntamiento, de lado de Riu
Desde entonces, todo parecía hacer pensar que la demanda no tendría mucho recorrido. Incluso, desde el Ayuntamiento de Madrid, restaban importancia a la demanda, señalando que todas las licencias estaban en orden y que las obras se estaban ejecutando de acuerdo al proyecto presentado.
Pero no ha sido así. La orden del juzgado de Primera Instancia 67 de Madrid es taxativa en la suspensión de manera inmediata de las obras por los riesgos estructurales existentes. Y habrá que ver en qué términos se sustancia.
Desde el Consistorio capitalino salían raudos ante la orden judicial, para señalar que “en cuanto vayan los peritos y reciban las explicaciones de los técnicos municipales, se levantará la suspensión”.
La superficie comercial, vendida a Corpfin
Para echar más leña al fuego, se da la circunstancia de que en el tiempo transcurrido entre la interposición de la demanda por Casanova y la orden del juez, Riu ha vendido los 15.000 metros cuadrados comerciales en disputa. El pasado septiembre los compraba la gestora inmobiliaria Corpfin Capital, a través de su fondo Inbest, por 160 millones de euros, y ya negocia su alquiler con varias firmas de moda y restauración a precio de oro.
Dure poco o mucho la suspensión, lo que parece seguro es que, con la paralización de las obras, se pone en riesgo la previsión de abrir el hotel al público el próximo 1 de septiembre de 2019. A partir de esa fecha, Riu ya tiene abiertas las reservas en su página web, con precios que parten de 225 euros la noche por habitación.
Detrás de esta denuncia está la pataleta del empresario murciano al no haber podido añadir un nuevo ‘pelotazo’ a su ya largo historial. En el mismo Edificio España ya se embolsaba, en junio de 2017, una comisión de unos 3 millones por intermediar entre Riu y el grupo chino Wanda, anterior propietario del inmueble.