El descenso a los infiernos de OHL, el grupo de construcción de la familia Villar Mir, continúa. Al descalabro bursátil cosechado este jueves, con un retroceso de casi el 19%, tras los 1.335 millones de euros de pérdidas anunciadas el miércoles, se une este viernes otro duro varapalo. El de la rebaja, todavía más, de la calificación de su deuda por parte de Moody’s.
Hasta ahora, esa calificación de su deuda ya estaba dentro del denominado ‘bono basura’, en 'B3', pero ahora queda todavía más bajo, en 'Caa1'.
Riesgo de impago elevado, si no lo ha hecho ya
La rebaja supone todo un varapalo adicional. Con el grado 'B', Moody’s contempla como muy pobre la calidad de una empresa, sujetos a especulaciones y muy al límite a la hora de cumplir con el pago de intereses y capital a largo plazo.
Pero, al rebajar la calificación a C, la empresa presenta un riesgo de impago elevado, o incluso con la posibilidad de que ya haya incumplido algunos pagos.
En esta ocasión, las pérdidas tan elevadas eran justificadas por la empresa por el reconocimiento de nuevos proyectos fallidos o de difícil realización, que se unen al impacto negativo extraordinario asumido al final del primer semestre, cuando contabilizaba a la baja la venta de la filial de Concesiones.
Se dispara el interés de los bonos
En lo que va de año, OHL ha perdido el 86% de su capitalización bursátil --casi la mitad entre este miércoles y jueves--, situándose así en mínimos que no veía desde hace 25 años, y llevando su valor de mercado a tan solo 180 millones de euros.
La deriva a la baja en Bolsa también se dejaba sentir en la rentabilidad de su bonos. Los que vencen en marzo de 2020 se han disparado hasta rozar un interés cercano al 30%.