En la cadena de supermercados Dia, el ruso Mikhail Fridman prosigue con una doble actuación. La de la gestión propiamente dicha, de la que se encarga directamente en España Stephan DuCharme, y la que desde Londres lleva a cabo su equipo de inversiones, de cara a hacerse con el restante 70% del capital del grupo de distribución al precio más bajo posible. La caída de los títulos a 0,7 euros no le resulta suficiente. Los quiere todavía más bajos.
En la esfera de la actividad diaria, DuCharme, junto al consejero delegado, Antonio Coto, prosiguen dando a forma a ese plan estratégico, que se ha retrasado a la vista de los ‘agujeros’ dejados en el balance por el equipo dirigido por Ricardo Currás, cesado de manera fulminante el pasado mes de agosto.
Plan de ventas encargado a PwC
En este contexto, el último paso dado ha sido el de contratar a la consultora PwC para calmar a la banca acreedora, antes de que la situación empeore. Todavía no hay urgencias con los vencimientos de los dos grandes créditos sindicados --uno, de 225 millones, vence en abril de 2020, y otro, de 300 millones, en junio de 2022--, pero, ante la deriva negativa en la que el grupo anda sumido, los bancos quieren tener más garantías.
Aquí es donde entra en juego PwC para elaborar un plan de reestructuración que recoja con detalle las desinversiones a realizar. Las ventas ya anunciadas del negocio de cash & curry Max Descuento y de la cadena de perfumerías Clarel no resultan suficientes.
Los bancos quieren tener la seguridad de que Dia hará más caja con la enajenación de otros activos, entre los que cabría incluir tiendas en propiedad poco rentables y situadas en zonas con escasa proyección para aumentar la clientela.
En Londres se urde el nuevo bajón de las acciones
Mientras tanto, en Londres --a 1.700 kilómetros de la sede de Dia en la localidad madrileña de Las Rozas--, Fridman anda inmerso en otros menesteres, aunque también relacionados con sus intereses para la toma de control del grupo de supermercados.
En este caso, poniendo los medios necesarios para que la acción de la empresa, de la que oficialmente controla el 29%, siga cayendo en Bolsa. Parece de locos que alguien tire piedras contra su propio tejado, pero existe una razón de peso, la de hacerse con el resto del capital a un precio irrisorio.
Afamados fondos 'buitre' de la 'city'
Para conseguir que Dia caiga más de lo que lo ha hecho hasta ahora, el magnate ruso se ha puesto en manos de dos de los fondos buitre de la city londinense, afamados por sus grandes apuestas bajistas, como Melqart y Caius, dirigidas por los gestores Michel Massoud y el portugués Antonio Batista, respectivamente.
Melqart fue uno de los fondos que aterrizaba a última hora en el capital a corto de empresas como el Banco Popular o Abengoa, para dar la última estocada a unos títulos que venían cayendo en picado desde hace tiempo.
Rematar la faena para que Dia valga solo 400 millones
Ahora, cuando el resto de inversores han cerrado las posiciones cortas en Dia, después de haber obtenido grandes plusvalías, llegan Melqart y Caius para rematar la faena.
Si en los últimos meses eran una veintena los fondos bajistas instalados en el grupo de distribución, acaparando el 20% del capital en posiciones cortas, ahora, entre cuatro de estos inversores oportunistas tienen en sus manos el 5%, apostado a que Dia bajará todavía más. Son unos 30 millones de acciones que, en su mayoría, han sido prestadas por el propio Fridman a Melqart, Caius, Citadel y PDT Partners.
Como los títulos han sido cedidos a un precio unitario de 0,75 euros, para que la jugada salga rentable, tanto a los fondos como al propio inversor ruso, se necesita que Dia cotice por debajo de ese valor. En torno a 0,65 euros, con la empresa valiendo unos 400 millones. De momento, con los 0,69 euros al cierre de este miércoles ya lo están consiguiendo.