Los trabajadores del sector textil en España están de nuevo en pie de guerra en una batalla que implica división sindical. Los representantes de CCOO han anunciado nuevas movilizaciones que no descartan que vayan a mayores para conseguir su gran reivindicación económica: que el convenio de aplicación estatal incluya un salario mínimo de 14.000 euros anuales. Es decir, que todos los empleados a jornada completa alcancen los 1.000 euros mensuales.
Según los argumentos de la parte sindical, de esta forma se acabaría con la precariedad endémica de un sector muy feminizado y que considera que ha superado una nueva crisis. A la económica global se le unió una particular que ponía en duda su viabilidad, ya que por márgenes era imposible competir con China. Pero los modelos están en plena revisión y la industria de proximidad y de mayor valor añadido cada vez cobran más peso.
Propuesta de la patronal
Con todo, la patronal advierte de que no se puede llegar a este objetivo económico en un solo ejercicio. La parte empresarial está compuesta por organizaciones como el Consejo Intertextil Español (CIE), Texfor, la Federación Española de Empresas de la Confección, la Agrupación Española del Género de Punto o la Unión Nacional de Fabricantes de Alfombras, Moquetas, Revestimientos e Industrias Afines y Auxiliares, entre otras.
Antes de verano pusieron sobre la mesa de los sindicatos una propuesta de revalorización de los salarios que se quedaba a las puertas de los 14.000 euros que reivindica CCOO. UGT aceptó el plan económico de los representantes de los empresarios. Las distintas asambleas de trabajadores que organizaron mostraron su apoyo al plan económico y procedieron a firmar un acuerdo con la patronal.
La mayoría de CCOO
El problema es que CCOO se desmarcó por completo del pacto. Y como es el sindicato mayoritario en el sector textil (con un 55% de la representatividad), no se puede validar este acuerdo como una renovación del convenio de aplicación estatal. La negociación del documento marco de las relaciones laborales sigue enrocada.
Los empresarios usan el pacto limitado que se alcanzó en UGT, pero desde CCOO se les advierte de que con la ley en la mano no sirve para avanzar en cuestiones claves para el negocio. Como la organización de las jornadas laborales o la introducción de medidas de flexibilidad. Usan su fuerza sindical para exigirles que bajen de nuevo a la arena de la negociación.
Mediación en Madrid
De hecho, este viernes se verán de nuevo las caras en el Servicio Interconfederal de Mediación y Arbitraje (SIMA) para intentar llegar a un punto en común en materia económica. Con todo, las partes son poco optimistas en conseguir el éxito.
Si se sale sin un pacto, el textil español estará al borde de la segunda huelga en lo que llevamos de año. Los 90.000 empleados de firmas como Adolfo Domínguez, Carolina Herrera, Pronovias o Ermenegildo Zegna fueron llamados a parar la producción el pasado 19 de julio. CCOO aseguró que el 70% de las plantillas de Cataluña, Comunidad Valenciana y Galicia, las tres comunidades donde se concentra la mayor parte de la industria, suscribieron la protesta. En contrapartida, la patronal aseguró que el impacto había sido mínimo.
Si no hay un cambio de rumbo en el debate entre empresarios y trabajadores, tendrán la oportunidad de valorar de nuevo los efectos de los paros en breve.