Grífols se ha convertido este lunes en el propietario del 25% de Mecwins, una empresa que nace del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y que desarrolla un nuevo sistema de detección de enfermedades oncológicas, cardiovasculares e infecciosas. Ha inyectado otros dos millones de euros en la compañía a través de Progenika Biopharma, la filial con la que ha vehiculado la operación. De esta forma, se convierte en uno de los accionistas de referencia de la firma junto con Masela Inversiones y CRB Inverbío.
La empresa que ha recibido el espaldarazo económico fue creada en 2008 por los doctores Javier Tamayo y Montserrat Calleja. En diez años ha desarrollado una herramienta nanotecnológica que se puede usar en el diagnóstico y pronóstico de enfermedades. Da un paso adelante en las fórmulas que hasta ahora se usaban para detectar biomarcadores en la proteína de la sangre que dan información sobre determinadas dolencias.
Diagnóstico en una fase inicial
Si la investigación llega a buen puerto, facilitaría la forma en que se detectan estas enfermedades y permitiría avanzar en su tratamiento. Tal y como explica Grífols en un comunicado, la tecnología de Mecwins muestra una “sensibilidad un millón de veces más alta que la utilizada en la práctica clínica habitual”.
Abre las puertas a que los médicos puedan detectar de forma temprana a través de una gota de sangre que un paciente es portador del VIH, un cáncer de próstata tras una cirugía (suelen reaparecer de forma temprana) o una isquemia de miocardio, entre otras enfermedades. Como se localizan antes, el tratamiento que se daría a los pacientes sería en una fase muy inicial y se eleva su capacidad de éxito.
Estudios clínicos
La ampliación de capital suscrita por Grífols permitirá al equipo de Mecwins iniciar los estudios clínicos necesarios para demostrar la capacidad diagnóstica de la nanotecnología. Se trata de una fase más del desarrollo de este nuevo producto antes de que se inicie su comercialización si supera con éxito todos los estadios.
Osborne Clarke, el bufete que trabaja casi de forma exclusiva para el gigante de los hemoderivados con sede en Barcelona, le ha asesorado de nuevo en la operación.