Estaba todo listo para que Mubadala, el fondo soberano de Abu Dabi y accionista único de la petrolera Cepsa, volviera a cotizar en la Bolsa española el próximo jueves, con la venta del 25% del capital y la captación de unos 2.000 millones de euros, pero la repercusión internacional causada por la turbia desaparición del periodista Jamal Khashoggi en Turquía ha abierto una crisis internacional inesperada entre Estados Unidos y Arabia Saudí, que ha motivado que los inversores institucionales hayan decidido paralizar la inversión en la petrolera.
El lío entre Estados Unidos y Arabia Saudí es un elemento más en esta escalada internacional de la tensión, auspiciada en las últimas semanas con el renovado embargo del Gobierno de Donald Trump a Irán, las dificultades de producción petrolífera en Venezuela o los problemas de suministro en Rusia y también en la propia Arabia Saudí. Factores que han incidido en un aumento del precio del petróleo, que, de proseguir, apunta a alcanzar de nuevo los 100 dólares por barril.
Aplazamiento inesperado de la salida a Bolsa
Un aplazamiento decidido por Mubadala este fin de semana de manera inesperada, toda vez que, a finales de la semana pasada, el interés de los inversores era alto y se tenía cubierto más del 70% de la oferta.
Cepsa tenía previsto su vuelta a los parqués este jueves con un valor máximo de casi 8.100 millones de euros, según el folleto de oferta pública de venta (OPV). Y había fijado una precio de salida de entre 13,1 y 15,1 euros por acción, con lo que el fondo soberano de Abu Dabi estimaba captar hasta más de 2.000 millones de euros por el 25% del capital de la petrolera al que se dirigía la oferta, aunque podría ampliar el porcentaje hasta llegar al 28,75% si las entidades colaboradoras ejercen el derecho de sobreasignación.
Valor de Cepsa entre 7.000 y 8.000 millones
En este nivel, el valor de la compañía oscilaba entre un mínimo de 7.010 millones de euros y un máximo de 8.081 millones de euros. Esta valoración estaría en torno a los 10.000 millones de euros en que se cifraba la operación si se incluyen los 3.000 millones de euros de deuda que el grupo tiene en su balance.
No obstante, ante el cambio a última hora de los inversores, por esta incertidumbre internacional sobrevenida, y la presión a Cepsa para que el precio se rebajara por debajo de la horquilla fijada, el fondo soberano decidía aplazar la operación a la espera de que los mercados se calmen.