La industria cárnica en España está sumida en una crisis laboral sin precedentes. CCOO y UGT están en pie de guerra para conseguir acabar con un modelo de trabajo que está vigente desde los años 90, la contratación mediante cooperativas del trabajo de mataderos y salas de despiece. Empresas que, tal y como indican las primeras actas de la Inspección de Trabajo, actúan mediante la contratación de falsos autónomos. Pero esta semana ha estallado otro conato de conflicto, el de los veterinarios.
Concretamente, en los auxiliares que trabajan en los mataderos. Forman equipo con el titulado oficial del departamento de Salud y son los que realizan los análisis del estado de la carne de cerdos, ovejas, cabras o vacas que han sido sacrificados. Inspeccionan hasta 900 cerdos cada hora, explican los representantes de los trabajadores. Este trabajo en Cataluña está a manos de la Fundación Privada de la Indústria de la Carn (FIC), la empresa que está en el foco de las criticas del sindicato.
Pérdida del contrato de concesión
Fundada en 1997 y presidida por Jaume Blancafort, aún mantiene la concesión del Gobierno catalán. Perdió el concurso público para licitar el trabajo de apoyo técnico a los veterinarios de los mataderos frente a la firma internacional Eville & Jones, pero la resolución está judicializada y hasta que no se publique la sentencia final del caso mantiene el contrato vigente.
Fuentes próximas a la compañía explican que el conflicto con sus 170 trabajadores tiene su origen en los retrasos en los pagos de la consejería de Salud. Las demoras de la Generalitat en abonar en tiempo y forma sus facturas han tensionado las cuentas de FIC hasta el punto de que no se puede garantizar a los empleados cuánto cobrarán. Los mismos interlocutores insisten en que siempre se han abonado entre el 1 y el 10 del mes de la liquidación, por lo que no se puede considerar como un impago sobre el papel.
Categoría laboral
El secretario comarcal de UGT FICA, Carlos García Zafra, confirma que casi siempre se han pagado las nóminas en este periodo. Señala que la falta de compromiso de la dirección del grupo genera inquietud en la plantilla, aunque apunta a que el conflicto que se ha larvado está motivado por varias cuestiones. No se sustenta de forma única en que los trabajadores nunca saben cuándo van a cobrar, “pero sí cuándo deben pagar las facturas”, puntualiza el sindicalista.
De entrada, indica que desempeñan su trabajo bajo la categoría laboral de peón o auxiliar administrativo. Cuestión que permite a la empresa pagar salarios base que se mueven al entorno de los 1.100 euros netos --con los pluses por nocturnidad o por trabajar el domingo se llegan a los 1.500 euros de media-- pero que choca, según el representante de UGT, con sus tareas reales en los mataderos.
Control sanitario
Explica que coger las muestras de las reses que han sido sacrificadas para comprobar que la carne es apta para su consumo requiere una formación previa. Y los errores de los empleados se pagan caros, ya que pueden llevar a su inhabilitación. Cabe tener en cuenta que un descuido implica que se pone en peligro la salud pública. “Se requiere mucha atención cuando se trabaja con una velocidad de 900 animales por hora”, apunta García Zafra.
Los sindicatos apuestan por introducir la figura del auxiliar veterinario en la negociación del próximo convenio sectorial. También piden a la dirección de FIC que den luz verde al propio de la compañía, donde se quería revisar también los actuales requisitos de desplazamiento o abrir el debate salarial. La plantilla denuncia que lleva 10 años con el salario congelado y que la dirección se resiste a reconocer pluses económicos para los empleados que deben recorrer hasta 200 kilómetros porque trabajan en centros que están en comarcas colindantes. Y por este motivo no tienen ninguna compensación económica extra.
Paros y huelgas
Por ahora, canalizarán su malestar en una concentración el viernes 26 de octubre ante la consejería de Sanidad catalana. UGT y CCOO exigen a la cúpula de FIC que abra una negociación para abordar sus demandas. Si no se avanza en el diálogo, amenazan con un calendario de paros productivos que empezarían a principios de noviembre y se prolongarían hasta diciembre, unas fechas en las que la actividad de los mataderos incrementa por la proximidad de las fiestas navideñas.
Aunque la concreción de la huelga de los auxiliares veterinarios catalanes dependerá en gran medida de la resolución del conflicto laboral de la industria cárnica a nivel español. Los mismos sindicatos intentan cerrar el calendario de lo que será la primera huelga sectorial para exigir garantías en el convenio colectivo. Los implicados apuntan que los paros productivos tendrán lugar en las primeras semanas de noviembre.
Potencial de la industria cárnica
La afectación en las cárnicas no será precisamente menor. Cabe tener en cuenta que la industria equivale al 2% del PIB nacional y mueve aproximadamente unos 22.000 millones de euros de cifra de negocios. El Ministerio de Economía afirma que el sector agrupa a unas 8.000 empresas y 600 mataderos que dan empleo a más de 8.000 personas.
Además, el informe Nielsen destaca que los productos cárnicos representa el 16% de la cesta de la compra de los españoles (más de 13.000 millones de euros anuales), aunque también se exporta buena parte del producto. UGT calcula que casi el 80% de los productos que salen de los mataderos de Girona, una de las zonas con una actividad más puntera del país, van a parar al mercado internacional. Para ello, la figura del auxiliar veterinario es indispensable. Las normativas sanitarias de los países compradores son más favorables a una doble figura profesional del control de la calidad de la carne. Esta parte se cumple con creces en Cataluña, falta resolver el apartado laboral.