La compañía Aguas Danone, de Barcelona, mantiene un sólido crecimiento desde hace cuatro años, coincidentes con la salida de la pasada crisis. La favorable evolución le permite entregar a su accionistra francés Danone jugosos dividendos, equivalentes a todo el excedente generado. También crece la plantilla, que en el último año pasó de 450 a 523 personas.
Así, en 2017 su facturación subió de 220 a 234 millones. El beneficio se movió asimismo al alza y pasó de 17,8 a 18,3 millones. En ambos casos se entregó en su totalidad al accionista.
Materias primas
Es de destacar que estos resultados se obtuvieron pese a la mala evolución de las materias primas, en particular el plástico pet que se utiliza en las botellas. El efecto negativo se neutralizó con el aumento de precios de algunos de los formatos.
Aguas Danone es la empresa del grupo que comercializa las marcas Font Vella y Lanjarón. El agua mineral se obtiene a partir de la explotación de los manantiales de Sant Hilari de Sacalm y Amer (ambos en Girona), Sigüenza (Guadalajara) y Lanjarón (Granada).
Declive y recuperación
Aguas Danone mantuvo una existencia plácida hasta la pasada crisis. En 2007 llegó a su máximo apogeo, con 331 millones de giro y 32 de beneficio neto. A partir de ahí comenzó un acelerado declive, al compás de la crisis.
El agua mineral fue el producto de los supermercados más afectado por la irrupción de las marcas blancas. Año tras año Aguas Danone redujo sus ventas y resultados. Por fin, tocó suelo en 2013, con unas ventas de 191 millones y una pérdida de 130.000 euros. El recorte de puestos de trabajo dejó la plantilla en 440 personas.
Tras cuatro años de recuperación, la cifra de negocio todavía está un 44% por debajo de los máximos alcanzados antes de la recesión.