Banco Sabadell ha salido del capital de la compañía de tratamiento de residuos orgánicos Saria. Aurica XXI, el vehículo que gestiona las inversiones de la entidad, ha vendido la participación del 25% que mantenía en la filial en España de la multinacional con sede en Selm (Alemania).
Han sido el resto de socios de la compañía los que se han quedado este porcentaje, indican fuentes conocedores de la operación. Señalan que el banco de Josep Oliu ha completado sus planes como inversor y que ha conseguido las plusvalías esperadas. Aunque no han transcendido las cifras económicas.
Participación en Garnova
El Sabadell entró en la compañía de forma elíptica. La transacción se remonta a 2008, cuando Aurica XXI adquirió esta misma participación en la compañía catalana Garnova. Lo hizo para impulsar un plan de desarrollo del grupo, que facturaba en ese momento 80 millones de euros. Detrás de la sociedad se encontraba varias familias catalanas que habían aunado sus intereses en el sector.
Cuatro años más tarde, los gestores de la empresa, Valentín García y Joan Vila, anunciaron un acuerdo de fusión con la alemana Saria Bio-Industries. El objetivo de diluirse en la multinacional era conseguir el liderazgo en España del tratamiento y la recuperación de los residuos cárnicos. Se preveía que el volumen de facturación conjunta ascendiera a los 170 millones. Aunque el envite de la crisis enmendó esta previsión.
Empleo de 300 personas
Saria España cuenta con 12 centros de tratamiento y producción en Cataluña, Madrid, Galicia, Comunidad Valenciana y Castilla La-Mancha y da empleo a unas 300 personas. Su estructura contempla sociedades con intereses en actividades que completan el ciclo de toda la recuperación. Desde la recogida y el transporte del residuo a la comercialización de los productos finales, informan desde la compañía.
Engloba varias sociedades. Bioceval, que transforma aceites y grasas de pescados en comida de mascotas; SarVal, que usa grasas y harinas animales para la alimentación de mascotas, animales de granja y fertilizantes; Secanim, que recoge y trata los productos animales de las granjas y las industrias y comercios de alimentación que requieren eliminarlos; y ReFood, dedicada a reciclar residuos orgánicos, alimentaos caducados, subproductos animales y aceites usados.
Todo ello, le reporta unos cuantiosos beneficios. La filial española del grupo Sarria cerró el ejercicio 2017 con una facturación de 18,8 millones, un descenso respecto a los 29,4 millones registrados en el año precedente. Los beneficios netos bajaron de los 12,5 a los 7,6 millones. Los fondos propios estaban fijados en 164 millones.