Cinco meses después de que el presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, presentara las líneas maestras del Plan Estratégico 2018-2020, empiezan a aflorar algunos nubarrones que pueden poner trabas al cumplimiento de los grandes hitos de ese plan: obtener en 2020 más de 1.300 millones de beneficio --un 62% superior a los de 2017--, repartir 2.500 millones de dividendo en el trienio y alcanzar una rentabilidad del 10,8%.
Previsiones que pasaban, en buena medida, por una subida de tipos progresiva. De tal manera que 2018 acabara con un Euribor a 12 meses casi plano --0,05%-- y que, con las subidas de los tipos en 2019, ese índice de referencia fuera ya positivo. Así, se buscaría alcanzar el 0,29% al final del ejercicio próximo y que, al término del plan en 2020, se situara en 0,7%.
Draghi mantiene las dudas y Bankia se resiente
Pero una cosa son los planes y otra lo que los estrategas del Banco Central Europeo (BCE), la entidad europea de supervisión bancaria dirigida por Mario Draghi, determinen.
En ese sentido, el dirigente italiano confirmaba este jueves la intención de la autoridad monetaria de la eurozona de acabar con los estímulos de compra de deuda al finalizar 2018, tras recortarlos en septiembre de 30.000 a 15.000 millones mensuales.
Inflación y guerra comercial, incertidumbres a resolver
No obstante, no se da por seguro. “Habrá que ver --decía Draghi-- si se confirman las perspectivas de inflación a medio plazo y ver cómo evoluciona la guerra comercial internacional, que podrían crear un clima diferente”. O sea, una de cal y otra de arena. Y en función de todos estos factores quedaría el momento de fijar la subida de tipos de interés --en principio, para septiembre de 2019-- ya con retraso según los cálculos que habían echado los responsables de Bankia al elaborar su plan estratégico.
“Pensábamos que ya en marzo habría un repunte de tipos por el BCE y ahora vemos que ya lo ha postergado para septiembre”, lamentaba José Sevilla, consejero delegado de la entidad, en la presentación de resultados al cierre del primer semestre. La entidad repetía, con esos 515 millones de euros alcanzados, el beneficio de un año antes.
Subida de tipos, más crucial para Bankia que para otros
Para Bankia la subida de tipos resulta crucial. “Los analistas nos perciben como un banco con una gran sensibilidad a los tipos de interés”, reconocía Sevilla como argumento principal para que se mantenga una fuerte presión sobre la cotización. No obstante, el consejero delegado de Bankia espera que esa subida de tipos se produzca “antes o después” y, entonces, la cosa cambiará. “Pasaremos de un Euribor de 20 puntos básicos negativos a otro escenario con el índice en 30 puntos positivos. Esos 50 puntos básicos suponen que la rentabilidad mejore un 2%”, echaba cuentas Sevilla. “No necesitamos que los tipos estén altos, solo que estén en positivo”, zanjaba.
Al margen de la ansiada subida de tipos, José Sevilla tuvo que hacer frente, durante su comparecencia ante los medios, a un aluvión de preguntas sobre el tema de actualidad: ese impuesto a la banca del que todo el mundo habla y del que no se sabe nada.
"Impuesto discriminatorio"
Sobre el tema, Sevilla reiteraba que “estamos hablando de futuribles, por lo que resulta difícil dar una opinión”, decía. A renglón seguido, reconocía que, de producirse la aplicación del impuesto, “supondrá un impacto fiscal para los accionistas”. Incluido --curiosamente-- el propio Estado, que todavía mantiene el 61% del capital de Bankia.
Ante la insistencia de los periodistas, Sevilla criticaba el posible cobro de un “impuesto discriminatorio”, justificado por el argumento simple de que “los bancos ganan mucho”. Y añadía que todo lo que impida alcanzar el coste del capital amenazará la solvencia de la entidad.
Nada descartado sobre la privatización
Sobre la posibilidad de que la definitiva privatización de Bankia, con la venta del 61% que mantiene el Estado, a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), se prorrogue más allá de diciembre de 2019, Sevilla reiteraba que “eso lo decidirá el accionista”, en referencia al FROB. Aunque no descartaba ninguna posibilidad, incluso que la salida pudiera producirse este mismo año.
El consejero delegado de Bankia también repasaba los términos en que se estaba llevando a cabo la integración con BMN. “Esperamos adelantar el cierre del ERE a finales de 2018 para conseguir las sinergias. De los 2.000 afectados solo quedan por cerrar acuerdos con unos 250 empleados”, cuantificaba Sevilla.