El euríbor lleva dos años y cuatro meses en terreno negativo y, según indican los expertos, todo apunta a que así seguirá hasta, por lo menos, 2019. Junto a los diferenciales bajos que ofrecen actualmente las mejores hipotecas, esta situación se traduce en un interés muy atractivo y una cuota reducida a la que algunos ya se han acostumbrado.
Sin embargo, desde el comparador financiero HelpMyCash.com señalan que, justo este mes de julio, el euríbor celebra una curiosa efeméride: la primera década desde que marcó su máximo histórico, cuando alcanzó el 5,393%.
En pleno estallido de la crisis
En julio de 2008, el estallido de la crisis económica pocos meses antes hizo que el paro empezara a dispararse y creciera en cada nuevo dato hecho público. En ese momento, la tasa de desempleo cerró el mes en el 11,1% del total de la población activa en España, una cifra que iría empeorando hasta superar el 25% en 2012 y 2013.
Al escenario de destrucción de empleo y de crecimiento de la inflación se le sumó la necesidad de los bancos de disponer de capital, por lo que se endurecieron las condiciones para conceder dinero, incluso entre ellos. Por esta y otras razones, el euríbor que tomamos como referencia para las hipotecas, que simplificadamente es el interés al que prestan dinero a un año los
principales bancos de Europa, se disparó.
Cuotas disparadas de las hipotecas
Así pues, los hipotecados no solo vieron como en muchos casos los ingresos de su unidad familiar descendían, sino también como la cuota de su préstamo hipotecario se disparaba, pese a que en ese momento los diferenciales estaban realmente bajos.
Desde HelpMyCash.com ponen como ejemplo una familia con una hipoteca de 120.000 euros a 30 años y un diferencial de 0,25%. En julio de 2007, con el euríbor en 4,564%, la cuota que pagaban era de 630,61 euros mensuales. Un año más tarde, cuando el índice de referencia alcanzó su máximo histórico, la mensualidad subió hasta los 692,15 euros, un incremento de casi un 10% que, en aquel momento, suponía un fuerte esfuerzo económico.
¿Una lección aprendida?
La subida de las cuotas de las hipotecas y el descenso de ingresos hizo que muchas familias no pudieran hacer frente a sus deudas y perdieran la casa. Si tenemos en cuenta que, además, antes del estallido de la crisis era habitual pedir hipotecas 100 o incluso 100 más gastos, en muchas ocasiones no solo perdieron su vivienda, sino que además siguieron debiendo una gran cantidad de dinero al banco.
Precisamente, una de las grandes lecciones que se han aprendido de la crisis económica y también de la volatilidad que ha mostrado el euríbor en los últimos años es el gran riesgo que conlleva la financiación al 100%. Por ello, estos productos han estado durante mucho tiempo desaparecidos de las ofertas de las entidades bancarias y las pocas que se atrevieron a volver a ofrecerlas abiertamente a las pocas semanas dieron un paso atrás.
Y es que si bien es cierto que hay voces de alarma que señalan que actualmente los criterios de concesión se han relajado ligeramente, por el momento las hipotecas 100 siguen siendo un producto muy exclusivo. Así, la única manera de conseguirlas es tener un perfil financiero excelente que dé total seguridad al banco de que podremos devolver la deuda contraída u optar por comprar un piso de banco y ayudar a las entidades a aligerar su cartera de viviendas, engrosada de manera excesiva a causa de los embargos.
Beneficiadas las hipotecas fijas
Desde HelpMyCash.com señalan que otra consecuencia de la situación vivida durante la crisis es que quienes buscan una hipoteca saben cada vez más que es recomendable hacer cálculos de cómo quedaría la cuota de una hipoteca variable en diferentes escenarios de euríbor. El objetivo es asegurarse de que, ante una nueva subida del índice de referencia, se podría hacer frente a la cuota sin dedicar más del 35% de los ingresos familiares.
Otro punto que cabe destacar es que, si bien las variables antes representaban más del 90% de las nuevas firmas, actualmente apenas superan el 60%. El cambio ha beneficiado a las hipotecas fijas, que no solo ofrecen más seguridad tanto al hipotecado como al banco al ofrecer una cuota que no varía con el euríbor, sino que además actualmente son mucho más atractivas que hace unos años.
Así, no es complicado encontrar hipotecas fijas con tipos por debajo del 3% o incluso del 2% para plazos más cortos. El abanico de ofertas es muy interesante y, además, en muchos casos no vienen acompañadas de una fuerte vinculación o de muchas comisiones, como ocurría antes.