Convulsión en el sector eléctrico español a todos los niveles. Este miércoles, la antigua Gas Natural se adaptaba a los nuevos tiempos y, bajo la presidencia de Francisco Reynés, pasaba a denominarse Naturgy, mientras la petrolera Repsol irrumpía en el mercado minorista de gas y electricidad para convertirse, de la noche a la mañana, en la quinta eléctrica de España, por detrás de la tres grandes –Endesa, Iberdrola y Naturgy– y de la portuguesa EDP.

Todo el mundo esperaba el primer volantazo de la petrolera que preside Antonio Brufau y dirige, como consejero delegado, Josu Jon Imaz, tras anunciar hace tres semanas que, en su hoja de ruta futura, se incluía la entrada de lleno en el sector, pero, quizá, no que lo hiciera con tanta celeridad.

Activos en Viesgo

Justo tres semanas después de presentado el plan, Repsol ha empezado a dar salida a los 3.800 millones de euros obtenidos por la venta, al fondo CVC y a Corporación Financiera Alba (la patrimonial de los March), del 20% que ostentaba en Gas Natural.

Lo hacía para quedarse, por 750 millones, con una serie de activos de Viesgo que le permiten sumar casi 3.000 megavatios (MW) de potencia instalada: los 2.650 que asume con esta operación más los 600 con que ya cuenta a través de sus plantas de cogeneración.

Pausa tras contar con una base de crecimiento 

“Necesitábamos realizar rápidamente esta compra inorgánica para contar con una base sólida sobre la que crecer. Pero ya no hay prisa. No nos vamos a precipitar. Hay tiempo suficiente para adquirir un mayor conocimiento del mercado minorista de gas y electricidad en España, y, a partir de ahí, ver qué decisiones se toman”, comentan a Crónica Global fuentes próximas a la petrolera presidida por Brufau.

Repsol lo tiene claro. Va a seguir, a pies juntillas, el mensaje que encierra el dicho italiano chi va piano, va lontano para alcanzar el objetivo trazado de, con una inversión de 2.500 millones hasta 2020, aglutinar los 2,5 millones de clientes minoristas de gas y electricidad en 2025, de cara a superar el 5% de cuota de mercado y contar con una capacidad de generación baja en emisiones de unos 4.500 MW.

'Multienergía'

De momento, con la compra de los activos de Viesgo –centrales hidroeléctricas en el norte de España y dos centrales de ciclo combinado de gas en Algeciras y Escatrón (Zaragoza)–, la ya empresa multienergía --“habíamos empezado a serlo a través de nuestras gasolineras y con los puntos de recarga de coches eléctricos”, apuntan--, ha puesto la primera piedra para lograr ese objetivo.

No le será fácil. Llega Repsol a un sector altamente competitivo, en el que se lucha sin cuartel por casi 38 millones de clientes, cerca de 30 de electricidad y casi 8 de gas. Dos mercados duales que, en ambos casos, cuentan con una tarifa regulada, determinada por el Gobierno, y otra libre, más cara, fijada por las empresas.

A cara de perro por 38 millones de clientes

La tarifa regulada es cosa de cinco empresas. Las tres grandes, Endesa, Iberdrola y Naturgy, más EDP y, ahora, Repsol en lugar de Viesgo. Mientras que en el mercado libre, tanto de luz como de gas, la apertura de la competencia ha provocado la entrada en el negocio –sobre todo, de electricidad-- de cientos de pequeñas compañías comercializadoras. Sociedades que, poco a poco, han ido recortando cuota de negocio a las grandes.

De los 30 millones de clientes de electricidad existentes en España, casi 13 tienen contratada la tarifa regulada –contratada a través del precio voluntario para el pequeño consumidor (PVPC)–, formada en un 40% por los precios del mercado mayorista y el 60% restante con los peajes e impuestos determinados por el Gobierno.

Reparto actual del mercado de luz

Este mercado lo controlan al 96% las tres grandes, con casi seis millones de clientes de Endesa, cerca de cuatro en manos de Iberdrola y los 2,3 millones restantes bajo la órbita de Naturgy. EDP y, ahora Repsol, suman, a partes iguales, casi 500.000 clientes.

El reparto de la clientela cambia con la tarifa eléctrica libre. Aquí, Iberdrola acapara casi el 40%, con 6,5 millones de clientes, mientras que Endesa supera ligeramente los cinco millones y Naturgy se queda por debajo de 2,5 millones.

En el caso del mercado de gas natural, el trasiego es mucho menor. Todo está mucho más atado, con casi el 80% de los casi ocho millones de usuarios que, desde hace tiempo, se acogieron a las tarifas libres. Y apenas 1,7 millones de clientes quedan acogidos a la tarifa regulada o de último recurso. Aquí, el reparto del negocio resulta más desigual. Naturgy cuenta con el 81% de los clientes regulados y la mitad de los acogidos al mercado libre.

De momento, cautela de los operadores

La irrupción de Repsol ha sido acogida con cierta cautela por parte de los grandes grupos eléctricos españoles. En general, las fuentes consultadas se limitan a apuntar que se trata de un simple cambio de operador que no altera la cuota de mercado. Que lo que tenía Viesgo se lo queda Repsol.

Otra cosa será lo que suceda, a partir de ahora, con el destino que dé el grupo presidido por Brufau a esos restantes 1.750 millones reservados para el desarrollo de esos nuevos negocios vinculados a la transición energética, con la creciente participación en el mercado basado en el desarrollo del gas y la generación baja en emisiones.

Espaldarazo a Repsol de los analistas

Si los competidores se muestran cautos con la irrupción de Repsol en el negocio de luz y electricidad, en el caso de los analistas la compra de los activos de Viesgo ha sido bien acogida, y no han dudado en elevar el precio objetivo por encima de los 18 euros por acción.

Desde Kepler apuntan como, de una tacada, “Repsol ha obtenido casi la mitad de los objetivos planteados para la expansión de su negocio de bajas emisiones, y a un precio muy atractivo, con un gasto de tan solo el 30% del presupuesto destinado a la expansión del segmento bajo en carbón”.

La fortaleza de una imagen de marca

Los analistas del Banco Sabadell, por su parte, enfatizan el hecho de que “Repsol se centre en activos muy concretos y no en compañías, que implicaría asumir una mayor inversión”, subrayan. También apuntan desde la entidad vallesana que “su imagen de marca permitirá a Repsol crecer de forma orgánica con facilidad, sobre todo en el negocio de comercialización”.

También se muestran optimistas con la entrada de Repsol en este campo desde el Banco Santander. Creen sus analistas que “en conjunción con el crecimiento de las energías renovables y la electrificación de la demanda energética, las intenciones de Repsol sobre las energías bajas en carbón parecen sólidas, al igual que resultan veraces sus objetivos como mayorista de gas y minorista de gas y energía”.

Repsol sigue el camino de otras grandes petroleras

El paso dado por Repsol está en línea con los últimos movimientos realizados por los grandes imperios petrolíferos internacionales. En ese sentido, cabe enmarcar la reciente compra, por parte de Total, de Direct Energie, la tercera minorista francesa de electricidad. O las adquisiciones realizadas por Total de First Utility, minorista británica de gas y electricidad, o de la solar estadounidense Silicon Ranch.

Asimismo, movía ficha British Petroleum (BP), comprando el 24% de Pure Planet, con la intención de suministrar energía 100% renovable al mercado británico. Y Galf adquiría en marzo la minorista española Podo, con 15.000 clientes, y Cepsa anunciaba, el pasado mes de febrero, el lanzamiento de una comercializadora de luz y gas para el mercado residencial.