El miércoles se celebró el Día de la Liberación Fiscal en España. Esta imaginaria efeméride se festeja cuando los contribuyentes han acumulado días suficientes para abonar todos los impuestos que le reclaman las distintas administraciones. A partir de hoy jueves, los ingresos que perciban estarán liberados de carga tributaria.
El instituto de investigación Civismo confecciona cada año un estudio sobre el esfuerzo fiscal de los españoles. Este 2018 el contribuyente medio habrá de laborar 177 días completos para atender los pagos del IRPF, cotizaciones sociales, IVA, y en su caso, IBI, Impuestos Especiales, Patrimonio y matriculación de vehículos, entre otros. A partir del día 178, todos los ingresos serán netos.
Cataluña, hasta el 5 de julio
El Día de la Liberación Fiscal determina la suma total de impuestos que paga un contribuyente medio en España, traducida al número de días que necesita para generar dicha renta. Dada la distinta tributación que se da en las comunidades autónomas, el Día de la Liberación Fiscal varía notablemente de unas a otras. Cataluña es con gran diferencia la región donde hace falta trabajar más días para atender los impuestos. Este año, los catalanes habrán de afanarse hasta el 5 de julio para acumular renta suficiente con la que abonar sus contribuciones.
En el lado opuesto se encuentran las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, cuyos ciudadanos quedaron liberados de las obligaciones fiscales el pasado 24 de junio. El día 26, el vencimiento llegó a La Rioja; el 28, a Canarias, Murcia, Castilla y León, Galicia y Aragón; el 29, al País Vasco, Extremadura, Asturias, Madrid y Andalucía.
La SS se lleva 102 días
En los 177 días de trabajos forzosos para abonar la factura fiscal, el profesional medio necesita 102 jornadas para sufragar las cotizaciones sociales, 35 para el IRPF, 25 para el IVA, 11 para los impuestos especiales y el resto para otras figuras.
El extenso análisis de Civismo destaca el gran impacto fiscal que suponen el IRPF y las cotizaciones a la Seguridad Social, estas últimas abonadas tanto por el trabajador como por la empresa empleadora: "De cada 100 euros que paga el empresario en coste laboral (nómina y cotizaciones a la Seguridad Social), el ocupado de entre 16 y 29 años cobra 64,11 euros. Para los trabajadores de entre 30 y 44 años, la retribución neta se queda en 62,50. Los que tienen entre 45 y 64 años reciben sólo 61,66 euros. Por último, entre los mayores de 65 años, la fiscalidad directa se traduce en que, de cada 100 euros, se perciben 88 de forma efectiva”.