El grupo Bon Preu, que opera bajo esta marca y Esclat, ha visto como su estrategia de marcar perfil en lo laboral saltaba por los aires por las quejas de los trabajadores de la compañía. La cadena de supermercados ha anunciado esta semana la contratación de 400 empleados para la temporada de verano, una iniciativa positiva pero que ha sido criticada por los candidatos por las condiciones leoninas de las ofertas, para trabajar en los centros especialmente de la costa.
Se asegura que el grueso de las contrataciones es por retribuciones de unos 800 euros y con turnos laborales dispares. Una crítica que se une a la negociación que aún no ha concluido para aplicar un cuarto turno entre los 6.000 empleados que tenía en plantilla a finales de 2017.
Temporalidad y respeto al convenio
El grupo de la familia Font reconoce que oferta menos de 1.000 euros para trabajar en sus supermercados. “Pero siempre en jornadas a tiempo parcial, en menos de 40 horas semanales”, indican los portavoces de la compañía. Afirman que aplica las “tablas salariales reguladas por el convenio sectorial, el de Supermercados y Servicios de autoalimentación de Cataluña”. Nunca han abierto la negociación de un marco de relaciones laborales propio.
Fuentes cercanas al comité de empresa aseguran que Bon Preu no es una empresa demasiado favorable al diálogo social. Señalan que las relaciones entre los representantes de la dirección y los de la plantilla son correctas pero no especialmente fluidas.
Bolsa de horas
De hecho, la negociación sobre la implementación del cuarto turno laboral no ha concluido y la dirección de la compañía ya lo ha aplicado en los últimos establecimientos que ha inaugurado. Se trata de personas con contratos parciales que trabajan, básicamente, los fines de semana.
Para el resto de la compañía, se intenta aplicar junto a la creación de una bolsa de horas para cada trabajador. Una reestructuración de los horarios laborales que se asegura que no son especialmente favorables para los empleados. La flexibilidad, en este caso, se aplicaría a favor de la empresa para devengarse en las jornadas de trabajo excepcional como las próximas a la Navidad, entre otras.
Cabe tener en cuenta que ya tuvo problemas en este sentido. CCOO la denunció por incumplir la ley catalana del sector por cerrar después de las nueve de la noche.
Legislación laboral
En cuanto a los empleos temporales de verano, los portavoces de Bon Preu matizan que se “respetará en todo momento lo que prevé la legislación laboral en materia de descansos”. Indican que en los centros que abren los domingos se realiza la libranza semanal “los otros días de la semana”. Cuestión que se ha especificado en la publicación de las ofertas de trabajo.
También se especifica que a cada trabajador se le asignan unos “turnos habituales”. “En casos de incidencias se comunican posibles modificaciones con la máxima antelación posible”, añaden.
Conflicto entre accionistas
Bon Preu ha tropezado con las condiciones laborales de la plantilla en pleno pulso entre los herederos de los supermercados. Josep y Joan Font, dos empresarios conocidos por ser de los pocos empresarios catalanes que se han pronunciado abiertamente a favor del independentismo. Más allá de sus opciones políticas, el primero abrió un proceso judicial el año pasado para que su hermano le compre su 50% del capital.
Son los dos accionistas y se reparten la misma participación, que vehiculan a través de las mercantiles Espais d’Inversions y Baloo d’Inversions. Por el momento, el Juzgado Mercantil 9 de Barcelona les ha obligado a devolver cada uno de ellos 580.000 euros a la empresa al considerar que habían percibido retribuciones irregulares. El grupo no reparte dividendos desde hace años.
Resultados
Bon Preu cerró su último ejercicio fiscal con resultado de 35,98 millones de euros. Su giro creció el 9% hasta los 1.199 millones de euros y arrastra una deuda de 67 millones. La batalla empresarial ha propiciado que KPMG y Grant Thornton preparen dos valoraciones distintas de la compañía. Una para cada hermano.