Crèdit Andorrà no pasa por su mejor momento. El proceso de transformación del sector financiero del Principado ha pillado con el pie cambiado a la dirección de la primera entidad del país, que necesita hacer caja para adaptarse a los nuevos estándares del sector y abordar otros retos como la actualización tecnológica del banco. Está inmerso en una crisis que le haría perder fortaleza en un eventual proceso de fusiones que los entendidos esperan para finales del ejercicio en curso. Ante este escenario, los directivos se han armado para intentar esconderla.
El primer paso que han dado es repartir un documento “consultivo y solamente para uso interno” con los argumentos para rebatir las cuestiones más sensibles que tienen pendientes de resolver. De entrada, niegan de frente que mantengan “discrepancias con el Instituto Nacional Andorrano de Finanzas (INAF)”, el regulador que ultima una multa histórica contra el grupo financiero por los créditos que otorgó a los accionistas de referencia para engrosar sus respectivas participaciones. Una operativa que ha pasado factura a la entidad.
Regulador y Auditores
Pero los responsables de Crèdit Andorrà se limitan a señalar que “ha habido una negociación con el regulador y los auditores externos, necesaria y normal en el marco de la aplicación de nuevas normas contables que impacten directamente en todo el sector”. Aunque, tal y como apuntan fuentes cercanas a la cúpula del banco, este debate no ha sido precisamente de trámite.
Así justifica Crèdit Andorrà sus discrepancias con el regulador financiero del país / CG
Recuerdan que las correcciones aplicadas a los estados contables han propiciado la investigación que derivará en una sanción, que ha sido provisionada en el cierre de 2017. En cuanto a los reguladores externos, se trata del trabajo que ha realizado PwC y KPMG, los dos grupos que “han ayudado en la implementación de las nuevas normas contables (NIIF)” y que demostrarían que se trata de unas cuentas “transparentes y controladas, como así lo demuestran los estados financieros que se acaban de publicar”.
Otra verdad a medias, añaden los mismos interlocutores. Indican que en el argumentario se elude que el proceso ha sido muy complejo y que persisten las dudas sobre la contabilidad.
Dudas sobre la solvencia
De hecho, persiste la desconfianza en que Crèdit Andorrà llegue a tiempo para cumplir con los requisitos de la CRD IV, una directiva de capitalización europea que entrará en vigor al final del ejercicio. El documento interno afirma que la entidad “tiene una ratio de solvencia del 14,18%, cuando lo previsto es del 8%, a la espera de lo que el regulador decida aplicar en Andorra”. Se rebate con los reparos que despiertan las cuentas presentadas.
La adecuación a marchas forzadas ha implicado que el banco del Principado se dejara cinco puntos en esta ratio de un año al otro por la expresión de los fondos propios. Un impacto derivado de estos créditos que se habían otorgado a los grandes accionistas para comprar más títulos de la entidad.
Parte del argumentario divulgado por Crèdit Andorrà / CG
“No hay ninguna financiación a los accionistas en la que la garantía sea las propias acciones del banco. Todo es con garantías hipotecaria y están hechos en condiciones de mercado”, asegura la entidad. Cuestión que también se pone en duda. Se indica que, en condiciones de mercado reales, el futuro de estos préstamos estaría comprometido.
Frenazo a los dividendos
El capítulo de provisiones se explica por la reclasificación de las “acciones propias en manos de los empleados” y por los “ajustes en provisiones y valoración de activos”, todo ello como consecuencia de la entrada en vigor de las nuevas normas contables.
Niegan que se deban reforzar ni que se deba llegar a un proceso de venta para capitalizarse. Aunque sí reconocen que “no se prevé ninguna distribución de dividendos” a cuenta de los resultados de 2017 y 2018. Dos años en los que se corta el grifo a los propietarios del banco para intentar superar el bache.
Fortaleza ante posibles fusiones
También se rechaza de frente que se hayan abierto conversaciones en el marco de un proceso de fusión y se deja claro que, en el caso de que se inicien, la entidad lo afrontará “tal como somos, el banco líder de la plaza financiera andorrana”.
Pero los problemas de liquidez, solvencia y gobierno corporativo amenazan esta posición ventajosa para estudiar alianzas con otros grupos financieros del Principado.