Los grandes sindicatos catalanes preparan el Día Internacional del Trabajador, su gran jornada de reivindicación anual, en un contexto inaudito. Las secretarías generales de CCOO y UGT sufren las consecuencias de haber convocado una manifestación el pasado 15 de abril para exigir la libertad de los políticos independentistas presos, una protesta que se ha tildado de partidista y que ha generado una brecha en ambas organizaciones. En la jornada previa al 1 de mayo, desde las cúpulas confederales intentan marcar distancias con el procés y justificar las decisiones de las cúpulas territoriales.
Pepe Álvarez, secretario general de UGT, ha reconocido que en el sindicato que dirige ha habido “problemas de comunicación” a la hora de explicar su participación en esta jornada. En una entrevista en Espejo Público, ha asegurado que “ha habido un interés por parte de algunos de trasladar mensajes que no son los del sindicato”.
El portazo de Albert Rivera
UGT es la organización en la que se han visibilizado de forma más abierta las discrepancias internas. Han llegado a salpicar al propio Álvarez, acusado por parte de la organización en Cataluña de llevar hasta la división actual por su apoyo al derecho a decidir en la última etapa de su mandato en la organización territorial.
El portazo del líder de Ciudadanos, Albert Rivera, al sindicato ha hecho daño. Fuentes internas aseguran que las bajas se han notado, aunque el secretario general las ha intentado minimizar en la entrevista. “No tenemos ningún afiliado que se haya dado de baja con una carta con membrete de su partido político”, ha asegurado, “muchos no han seguido sus pasos”.
Conformación de un ‘Govern’
Con todo, se ha mostrado “preocupado porque no es cuestión de la agrupación que ningún afiliado se sienta mal por razones ideológicas”. Ha reconocido, asimismo, que la participación en la manifestación “ha generado tensión” aunque defiende haber estado allí. Álvarez asegura que se debe “poner remedio” al enroque político actual en Cataluña.
“Eso quiere decir que se debe exigir a los independentistas que constituyan un Gobierno que saque a España de esta situación”, ha sentenciado. "Nosotros somos un sindicato transversal en “, ha defendido, “eso es muy positivo para poder encontrar una solución”.
Sordo carga contra los ‘indepes’
CCOO no ha sido inmune a las tensiones internas, aunque públicamente las ha capeado mejor. Unai Sordo, el secretario confederal del sindicato, ha cargado este lunes contra “una parte del independentismo” por haber usado la intención de la organización catalana de buscar un nuevo espacio de diálogo y transversalidad, la manifestación del 15 de abril, “para avalar su relato político”.
En su relato en Los Desayunos de TVE, ha manifestado que “otra parte del independentismo ya está buscando una salida dentro de la legalidad”. “A nosotros ahora nos toca tratar de explicar cuál es nuestra posición y que ésta no parezca arrollada por las posiciones de los extremos", ha subrayado Sordo.
Solución política, no judicial
Y esto pasa por asegurar que en Cataluña existe un “problema político” que se debe resolver en este campo. “Pensar que se va a solucionar por la vía de la judicialización es un error evidente”, ha sentenciado.
En defensa del sindicato encabezado por Javier Pacheco, ha declarado que CCOO “no avala un proceso de segregación, sino que busca un nuevo escenario que salga de la estricta judicialización”.
Distancias con PDeCAT
También ha intentado marcar distancias con los partidos independentistas, cuestión calve si se tiene en cuenta que históricamente CCOO de Cataluña ha sido cercana a ICV-EUiA. El secretario confederal ha asegurado que el sindicato “no abraza a una burguesía separatista catalana”, alusión directa al PDeCAT, el partido del expresidente Carles Puigdemont.
Asegura que se quiere “promover nuevos escenarios de encuentro en Cataluña y que la política juegue su papel”. Un intento de zanjar el debate político que marcará el 1 de mayo.