El impuesto digital, bautizado como la tasa Google, podría ponerse en marcha el año que viene. Ésta es la intención del Gobierno, según ha avanzado este sábado el ministro de Economía, Román Escolano, en una rueda de prensa posterior al Ecofin celebrado en Sofía (Bulgaria). El ministro ha asegurado que el Ejecutivo quiere presentarlo “cuanto antes” y ha pedido el apoyo del resto de grupos parlamentarios.
El tributo se destinará al Estado de bienestar, tal como anunció el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, el viernes. En concreto, cubriría la subida de las pensiones que el Gobierno ha acordado con el PNV a cambio de su apoyo a los Presupuestos Generales del Estado (PGE). Se trata de un impuesto que no pagarán los usuarios ni clientes, sino las grandes empresas tecnológicas.
Sin divisiones políticas
Escolano ha dicho que, con esta nueva tasa, España se sumaría a la lista de países de la Unión Europea (UE) que ya cuentan con un impuesto similar. Para ello, “nuestra idea es que tenga una tramitación lo más rápido posible, que durante este año se produzca la remisión de la propuesta de esta nueva figura tributaria”. Los apoyos necesarios, cree que los obtendrán: “No debería haber divisiones políticas importantes”.
El incremento de pensiones anunciado para este año y el siguiente, con efecto retroactivo desde enero de 2018, está unido a un aumento de los ingresos. “El efecto mantenido sigue siendo el objetivo del 2,2%, porque pensamos que ingresos y gastos estarán compensados. No hemos retocado el cuadro y la senda de reducción del déficit es la misma”, ha explicado el nuevo titular de Economía, que sustituyó a Luis de Guindos a principios de marzo.
Si la propuesta de cuentas tiene el rechazo de PSOE y Podemos, entre otros, al considerarlas poco creíbles, este aumento de las pensiones sin modificar la reducción del déficit pone más dudas de algunos sectores sobre la viabilidad de los presupuestos, que ha pasado su primer trámite en el Congreso con el respaldo de los nacionalistas vascos.