José Luis Bonet, el aún presidente de Freixenet, ha defendido este miércoles la toma de control de Henkell de la firma vitivinícola que fundó su bisabuelo. Una operación que se rubricó el pasado jueves y que implica que el grupo alemán haya adquirido el 50,75% de la compañía con sede en Sant Sadurní d’Anonia (Barcelona) por unos 220 millones de euros. El resultado, según su máximo ejecutivo, es que se pasará de ser une empresa familiar a “un grupo líder de vinos espumosos del mundo”.
En el marco de la presentación de las actividades gastronómicas de Alimentaria, el también presidente de Fira Barcelona y de la Cámara de Comercio de España ha aplaudido las “sinergias muy importantes” que implica la operación y la “buena perspectiva” empresarial de la nueva Freixenet. Una firma en la que ahora no participarán ni sus hermanos Eudald y Pedro Bonet (42%), ni su hermana Pilar Bonet (14,5%), ni sus primos, los Hevia Ferrer (29%).
Opción de compra futura
Mantiene su 42% de la propiedad el presidente de honor, José Ferrer, y el paquete accionarial del propio Bonet (7,25%). Con todo, el acuerdo de adquisición de Henkell, una división del gigante Dr Oetker que ya es propietario de Cavas Hill y de un 22% de Damm, contempla una opción futura de compra cuyos detalles no han transcendido.
De izquierda a derecha: Eudaldo Bonet, Pedro Bonet, José Luis Bonet, Pedro Ferrer, José Ferrer, Erique Hevia y un directivo de Freixenet de EEUU en una imagen de archivo / CG
“Ahora existe un acuerdo con Henkell y los consensos son básicos para operaciones de este tipo”, ha indicado Bonet.
Renovación de la cúpula
Aclara que aún quedan flecos para cerrar en la operación. Como la estructura de dirección que tendrá Freixenet tras la ejecución de la entrada del grupo alemán. Se renovará el consejo de administración y algunas áreas clave de la compañía, pero el calendario del aterrizaje aún no está claro, según el presidente.
“Queda pendiente hablar algunos aspectos”, ha explicado, “lo que sí puedo decir es que estoy decidido y dispuesto a servir los intereses de Freixenet”. “Siempre lo he estado, igual que con los intereses de Barcelona, Cataluña, España y Europa”, ha añadido.
Compañía resultante
Bonet relata que la compañía resultante de la operación es más fuerte para crecer en todo el mundo sin perder sus valores originales. “Pueden cambiar algunas cosas muy significativas”, ha reconocido el empresario, “pero mantiene sus raíces”.
Asegura que la continuidad de su tío, José Ferrer, y de él mismo en Freixenet es la mejor garantía para que el know how de la compañía persista.