La borrasca Félix ha abandonado este lunes la Península Ibérica tras un fin de semana lluvioso que ha dado un nuevo respiro a los embalses del país. En Cataluña, los episodios de precipitaciones que se han sucedido desde el inicio del ejercicio han propiciado que se gane dos meses a la activación de la alerta por sequía, indican fuentes de la Agencia Catalana del Agua (ACA).
Hace tan sólo unas semanas que se daba por sentado que se decretaría en abril, momento en el que las reservas hídricas bajarían al 40%. Las previsiones actuales son más optimistas y llevan a finales de mayo o junio la entrada en una situación de escasez de recurso. Cabe tener en cuenta que las cuencas internas han sumado 13 hm3 en la última semana y llegan al 53,3% de su capacidad total.
Estado de las cuencas
Los embalses del sistema Ter-Llobregat, los que dan agua a Barcelona y toda la región metropolitana (donde se concentra la mayor parte de la población), están al 57%. Una cifra mejor que si la comparamos con los registros de capacidad de principios de febrero, cuando se rompió la barrera del 50% (45%), pero que aún se quedan lejos del 76% que se registraba hace tan sólo un año.
El embalse de Foix ha recuperado el 100% de su capacidad, ya que a principios de febrero bajó al 98%, mientas que el sistema Siurana-Riudecanyes sigue en niveles mínimos. Los dos pantanos que lo conforman, que habitualmente registran cifras muy bajas de capacidad, están actualmente al 16%. En febrero se había llegado al 14% mientras que en marzo de 2017 sus reservas hídricas estaban al 41%.
Tres años de precipitaciones bajas
La situación de los embalses catalanes es una muestra de tres años acumulados de lluvias por debajo de la media. La prealerta por sequía está activa en Cataluña desde el último trimestre de 2017. No implica recortes en el suministro, aunque desde la ACA se pide ser muy prudente en el consumo del agua que se hace en uso doméstico y se han activado campañas de sensibilización.
Los episodios de lluvias permiten aplacar el pesimismo que existía hace unas semanas sobre las reservas de agua, pero la situación que persiste es aún grave. Se da casi por sentado que en verano se activará la alerta por sequía que implicaría restricciones en el riego, el llenado de piscinas y el uso del agua en ciudades. Es decir, el cierre de fuentes ornamentales que no dispongan de un circuito cerrado y en el baldeo de calles.
Nuevas precipitaciones
El problema de la sequía no se resolverá este año ni con lluvias abundantes, avisaban los expertos en gestión de recursos hídricos a mediados de diciembre. Aunque la meteorología impulsa a la situación contraria. La borrasca Gisele ha tomado el testigo a Félix y anuncia nuevas precipitaciones en toda España a mediados de semana.