“La colaboración entre las instituciones y el sector privado ha conseguido que esta edición del Mobile World Congress (MWC) haya sido de nuevo un éxito”. Éste ha sido el mensaje de clausura de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, en el principal encuentro del sector en Europa que se ha celebrado desde el fin de semana pasado en la capital catalana. Una postura que contrasta con la política que el partido político que lidera mantiene en Barcelona y en el área metropolitana en cuestiones como el turismo o la gestión de las aguas.
En cuanto al MWC, la edición de este año cierra con menos participación que en el ejercicio anterior. Cuestión que el director general de Fira Barcelona, Constantí Serrallonga, intenta minimizar al poner en relieve que “más de la mitad de los asistentes que han venido eran directivos de alto nivel”. “Y no lo digo yo, lo dice GSMA [la patronal del móvil que organiza el evento]”, ha aseverado.
Mismo impacto económico
Por otro lado, ha remarcado que se trata del tercer ejercicio consecutivo en que la participación del MWC supera la barrera de las 100.000 personas. “Nunca imaginamos llegar a estos niveles y los consolidamos”, añade el ejecutivo.
En cuanto al impacto económico de la edición, Serrallonga y Colau han indicado que los estudios internos de GMSA indican que el evento ha dejado de nuevo 471 millones de euros en la ciudad. La misma cifra que se alcanzó en el ejercicio anterior.
Continuidad del congreso
El gestor de Fira Barcelona ha asegurado que ya han empezado los trabajos para la “edición de 2019”. John Hoffman, consejero delegado y la cara más visible de GSMA, ya ha confirmado que el próximo año el congreso regresará a la ciudad entre el 25 y el 28 de febrero.
¿Eso implica que se cumplirá con el contrato firmado hasta 2023? La organización que impulsa el MWC no lo ha confirmado, aunque tanto Serrallonga como Colau se han mostrado confiados en que así ocurrirá.
Sin problemas de movilidad
“Nadie ha cuestionado el contrato que tenemos”, ha manifestado la alcaldesa de forma tajante. Reconoce que GSMA “sí ha pedido un contexto de estabilidad que se ha dado en esta edición”, afirmación que enmarca en las mejoras en el “mantenimiento y la movilidad”.
Este año no se ha repetido la huelga del Metro que el Ayuntamiento fue incapaz de frenar en 2017 y que propició el enfado público de los organizadores del congreso.
Relaciones políticas e institucionales
Colau incluso ha asegurado que “tanto en público como en privado” los responsables de GSMA han discernido entre las relaciones políticas entre instituciones y el congreso del móvil, que pide que se desarrolle con normalidad”.
“Una cosa son las discrepancias políticas entre formaciones o entre instituciones y otra el congreso del móvil, aquí estamos todos coordinados”, ha sentenciado.