El Puerto de Barcelona prepara una tasa antiyihadismo. La instalación, líder en llegadas de pasajeros de cruceros en Europa, ultima el aumento de su gravamen de seguridad para transmitir a las navieras de que la autoridad portuaria ha hecho los deberes en esta materia y al mismo tiempo, costear las inversiones acometidas.
Según han indicado directivos del sector a este medio, el incremento del impuesto se circunscribirá a los buques de recreo. Sin especificar una cantidad, desde el sector apuntan de que podría rondar entre los 0,20 y 0,25 euros por pasajero desembarcado. Con ello, algo que generaría una escasa recaudación para los gestores de la dársena, se transmitirá a las operadoras de que la seguridad se ha reforzado y que sus operativas están blindadas.
Puerto: "Mejoras continuas"
Preguntada por la cuestión, una portavoz del Puerto de Barcelona ha aportado más datos sobre el plan. "Ya existe una tasa de seguridad que oscila, sube y baja, aunque tiene una cuantía máxima. Se ha pedido a Puertos del Estado, que es el organismo competente en esta materia, modificar ligeramente la tasa. Estamos pendientes de la decisión final".
¿Pagará ese impuesto nuevas inversiones en disuasión antiterrorista? "Las mejoras que hace el Puerto en materia de seguridad son continuas. Hablamos de una infraestructura crítica muy segura. A modo de detalle, cabe recordar que se inspeccionan el 100% de las maletas de pasajeros de cruceros, o que las nueve entradas a la instalación están automatizadas. Los niveles de protección son superiores a los de otras instalaciones similares en otros países, y el aumento de la tasa no guarda relación con ese trabajo continuo para continuar mejorando en este campo".
"Las escalas se planea a años vista"
A su vez, intermediarios del sector de los cruceros han señalado que dudan que el incremento del gravamen afecte a las navieras. "Primero, las escalas se planifican a uno, dos o incluso a tres años vista por parte de las navieras. Una decisión a corto plazo no afectará las operativas ya programadas", ha indicado una de las agencias líderes del sector.
Por otro lado, las comercializadoras recuerdan que la sensación de seguridad en el 'destino Barcelona' ha aumentado desde los eventos de 2017, como el atentado terrorista de Las Ramblas de Barcelona o el desafío soberanista, que obligó a cancelar dos escalas y a acortar otra. "Entre las navieras no se manejan datos de grandes variaciones de ventas para la temporada con respecto a la anterior", recuerdan.
"Trabajar la seguridad multinivel"
Por su parte, un directivo y consultor en seguridad física ha recordado que el Puerto no debe olvidar todas las esferas a trabajar. "A menudo, los gestores de infraestructuras hacen mucho hincapié en los vallados y perímetros y olvidan el llamado 'abuso de confianza'. En otras palabras: que la persona con intenciones lesivas puede estar en el interior, puede ser un pasajero o un trabajador", ha manifestado.
¿Qué debería hacer la autoridad portuaria con la vigilancia de los cruceros? "Cada caso es distinto y habría que analizarlo. En general, la regla habitual en el sector es trabajar las cinco capas de seguridas: detección, resistencia física, detección exterior, detección exterior y diseño. De nuevo, a algunos gestores se les olvida que la seguridad se trabaja en multinivel, y no en horizontal. Es un trabajo vertical, no transversal", ha remachado.