Las vicisitudes que atraviesan los periódicos de papel están ocasionando fuertes descensos de las ventas. No es un problema reciente, sino que se arrastra desde hace al menos una década. La recesión es ya tan prolongada que la difusión de los diarios está llegando a unos niveles que no se contemplaban en mucho tiempo.
Los dos principales órganos informativos de Cataluña, La Vanguardia y El Periódico no escapan a los vientos recesivos.
El control de la OJD
La Vanguardia consiguió el año pasado una media de 105.811 ejemplares diarios, con descenso del 7,9%. Así se desprende de los datos provisionales de la Oficina de Justificación de la Difusión, constitutivos de un indicador de alta fiabilidad para medir las ventas de la prensa. La OJD está auditando ahora las magnitudes y dará a la luz su informe en las próximas semanas. No se prevé que afloren cambios significativos.
La difusión de la OJD determina el número neto de los ejemplares que cada periódico coloca cada año. La cifra se obtiene mediante el cálculo de las ventas mensuales, sobre cuya base se computa luego el promedio anual.
El dato incluye las suscripciones y las ventas en quioscos, más las compras de las administraciones, los entes públicos, las empresas y las entidades colectivas, además de los ejemplares regalados.
Las suscripciones aguantan
En 2017, las suscripciones --el renglón más estable de todos-- supusieron 58.412 ejemplares y los quioscos 26.330, con bajas respectivas del 3% y el 15%.
El paquete compuesto por las instituciones públicas y privadas, las entidades colectivas y los números regalados, cayó a 21.071, un 11% menos.
El segundo de España
Un portavoz del diario declaró a Crónica Global que el rotativo barcelonés es el medio generalista que menos retrocede entre los grandes. “El promedio del sector se cifra el año pasado en un 9,3%. Dadas tales circunstancias, estamos satisfechos con los resultados obtenidos. La Vanguardia, además de bajar menos que el resto, se mantiene como el segundo periódico más vendido del país”.
Fuentes cercanas al consejo de administración subrayan también que el principal elemento diferenciador de este diario es la gran masa de suscriptores con que cuenta, sin parangón en ningún otro rotativo de España.
“Ello explica que la flexión de La Vanguardia sea inferior a la del resto del sector. Nuestros lectores se caracterizan por su gran fidelidad y su militancia. Se trata de un dato muy significativo, que es de justicia poner en valor”.
El Periódico
Por su parte, El Periódico de Catalunya, buque insignia de Grupo Zeta, cierra 2017 con unas ventas diarias de 68.715, el 10,7% menos. Los quioscos aportaron 35.474 copias cada día, un 13% menos. Las suscripciones se situaron en 9.725, con baja de un 2%.
El lote que engloba compras de instituciones y empresas y los números obsequiados queda en algo más de 23.500, frente a los 25.882 de 2016, lo que supone un descenso del 9,2%.
"Como los demás"
Una fuente autorizada de Grupo Zeta explicó que la bajada de El Periódico está en línea con la experimentada por el sector, y en particular, por los más grandes. “No nos ha sorprendido, porque ya la habíamos previsto al inicio del año. Para 2018 prevemos un ligero recorte. También estimamos que aumentará la recaudación publicitaria, tanto del papel como del negocio digital”.
El Periódico tiene en marcha un expediente de regulación de empleo que afectará al 45% de la plantilla. Además, a los profesionales que permanezcan en la casa se les prepara una notable rebaja salarial cifrada en el 45%.
Reestructuración de la deuda
El diario no es ajeno a los momentos adversos que soporta su matriz Grupo Zeta. Ésta ha tenido que reestructurar su deuda bancaria hasta en seis ocasiones desde 2009, porque con la generación de caja era imposible atender los vencimientos.
En el último acuerdo, el propietario del grupo, Antonio Asensio Mosbah, hubo de aportar como garantías los principales activos inmobiliarios y mobiliarios, así como las acciones de Grupo Zeta.