Francisco Reynés es desde este martes por la tarde presidente ejecutivo de Gas Natural Fenosa. Así lo ha explicitado en la presentación de los resultados de la compañía de 2017, los últimos firmados por Rafael Villaseca --en los que se cumplen por los pelos los compromisos económicos--. El relevo en la cúpula de la cotizada se ha acelerado y así se ha explicitado incluso en el montaje del acto que ha tenido lugar en la sede del grupo, en Madrid.
Reynés, situado en el centro de la mesa, ha arrancado los discursos con el anuncio de que la presentación del próximo plan estratégico de la compañía, el que marcará el ritmo del grupo hasta 2020, tendrá lugar junto a la próxima junta de accionistas. Ha dejado en el aire concretar una fecha, ni siquiera ha detallado si se mantendrá la tradición de los últimos años y se celebrará en abril.
Cambio de sede social
Será un encuentro importante para los tenedores de acciones de Gas Natural. Se deberán desplazar por primera vez hasta Madrid, ya que las juntas se deben celebrar donde está radicada la sede social y la energética decidió moverla a raíz de la incertidumbre política del proceso independentista catalán.
Cuestión que Reynés ha entrado a valorar con una frase que le define bastante como ejecutivo: “Todas las decisiones que se toman son temporales y revisables mientras no se tome la contraria”. Por el momento, la sede seguirá en el número 77 de la madrileña avenida San Luis.
Las frases del presidente ejecutivo
El nuevo presidente ha evitado entrar en el juego de cuándo supo que dejaría Abertis para aterrizar en Gas Natural Fenosa. Reconoce que era consciente de que su nombre estaba en la terna para relevar a Villaseca, sentado a su derecha en la presentación, pero que nunca le dio credibilidad hasta ayer a las cinco de la tarde. “Nunca he creído en rumores ni promesas, sólo en hechos”.
Ha abordado, asimismo, algunos de los retos que tiene pendientes. Sobre el pulso abierto entre el sector y con el ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital, Álvaro Nadal, ha declarado que no quería ser “pretencioso, por lo que no diré qué deben hacer otros en otras organizaciones, ya que no lo permitiría en la mía”.
Y sobre el interés de Repsol en desprenderse de su participación del 20% en la gasista (valorada en 4.000 millones de euros a precio de mercado), ha asegurado: “Lo que quiera hacer es una decisión de Repsol”.
Paciencia en el aterrizaje
Como buen amante del tenis, Reynés ha peloteado con todas las preguntas que se le han formulado sobre sus objetivos en Gas Natural, la más que probable fusión del grupo con otra gran energética del sector o sobre los motivos que han llevado a Isidro Fainé a renunciar a sus funciones ejecutivas para quedarse como presidente honorífico de la cotizada.
Francisco Reynés (d), presidente ejecutivo de Gas Natural Fenosa, junto a Rafael Villaseca (i), presidente de la fundación / EFE
“Dadme un poquito de crédito”, ha solicitado, una petición que también ha extendido a los analistas en la conferencia que ha encabezado antes de comparecer ante la prensa.
Renuncia a la presidencia de Cellnex
En Abertis, que también presentaba resultados anuales este miércoles, se ha limitado a despedirse públicamente de la compañía y a anunciar después, ya en avenida de San Luís, que el consejo de administración de Cellnex se reunirá la próxima semana para nombrar a un nuevo presidente no ejecutivo de la compañía. Cargo que, por ahora, mantiene.
Ha sido su sucesor en la gestora de infraestructuras, José Aljaro, el que ha comparecido ante inversores y medios también en Madrid para detallar las cuentas de 2017. “Las conoce perfectamente, yo no podía haber hecho lo mismo en Gas Natural”, ha explicado. La presentación ha corrido a cargo del ya exconsejero delegado.
Primer error
Reynés sólo ha patinado en una ocasión. Ha asegurado de forma vehemente que no existía ningún pacto parasocial entre los accionistas de Gas Natural en el nombramiento de cargos. Existe, y en él se determina que el presidente lo nombra el socio mayoritario, Criteria Caixa, y los minoritarios dan el visto bueno al consejero delgado, un reparto diluido con la nueva estructura directiva de la firma. “Reconocer los errores es la primera cosa que deben hacer las personas. Es el primero que he cometido en Gas Natural Fenosa, y no será el último”, ha admitido.
A renglón seguido ha puntualizado que todos los presentes en el consejo de administración celebrado este martes estaban de acuerdo en que él asumiera el cargo de presidente ejecutivo, por lo que no veía motivos para considerarse como un incumplimiento del buen gobierno corporativo porque existía un acuerdo de las partes. “Con esta teoría no habría ley de divorcio en España”, ha valorado.
Pronóstico de 2018
“Ayer empezó una nueva etapa en la vida de la compañía”, ha asegurado al principio de su intervención, “las personas no sobrevivimos a las compañías”. Reconoce que ahora le toca “aterrizar, escuchar y aprender antes de aportar ideas”, un “cierto estilo personal” que imprimirá en el nuevo plan estratégico del grupo.
Incluso ha hecho un reconocimiento público al “amigo” Villaseca antes de que él se pudiera despedir tras 13 años como consejero delegado de Gas Natural. El nuevo responsable de la fundación de la energética ha certificado que 2018 será un año en el que se prevén mejoras en todas las líneas de negocio. Se prevén menos contratiempos y una estabilidad en los precios incluso en España, la plaza que aún impacta más en la facturación de la cotizada.