La familia Suqué Mateu remodela los diferentes negocios distribuidos entre España, Portugal, Polonia y Suramérica. Un conglomerado de actividades que supera los 350 millones de euros de fondos propios repartidas entre un entramado de sociedades que ahora, según fuentes cercanas al grupo, se simplificará para ganar eficiencia.
Han iniciado febrero con un cambio mercantil que afecta a Cavas del Castillo de Perelada, la compañía que controla el grueso del negocio vitivinícola de la familia. Ahora, el capital social de dicho grupo ha pasado a depender al 100% de una firma de nuevo cuño que está llamada a integrar todos los negocios del conglomerado familiar. Se trata de Suqué Mateu Family Estates, S.L., una empresa que la saga constituyó el 18 de diciembre último, con un capital de 7,77 millones. Está domiciliada en el cuartel general del grupo, situado en la calle Pere II de Montcada número 1, de Barcelona.
Hijos Suqué Mateu
En ella están representados los hermanos Javier, Miguel e Isabel Suqué Mateu, los herederos de la fortuna de Artur Suqué y Carmen Mateu. Javier asume la presidencia ejecutiva y Miguel, la vicepresidencia y la consejería delegada. Isabel es vocal. También se nombra secretaria del consejo de administración a Dolores Barzano. Carmen Mateu, relevante y respetada figura de la alta burguesía barcelonesa, falleció unos días antes de que se formalizaran los cambios en el conglomerado.
De hecho, ella era la principal accionista de Cavas del Ampurdán, la empresa que aún está en la cima del entramado del grupo. Mateu controlaba el 33% del capital, mientras que su marido, un empresario que ha forjado una enorme fortuna gracias al negocio de los casinos, todos ellos bajo rigurosa concesión administrativa de la Generalitat, tenía el 21% restante. Suqué domina tres de los cuatro casinos existentes en Cataluña.
La familia posee otras etiquetas en el negocio vinícola como Cellers del Pescador, Cavas del Castillo y Cims de Porrera que, según la lógica de esta reestructuración, también deberían pasar a Suqué Mateu Family Estates.
Casinos y otros negocios
La gestión de los casinos repartidos entre Cataluña y Argentina se quedará entre Invergaming Group e Inverama, dos de las sociedades de cabecera de la compañía. La segunda también centraliza otras actividades que no llegan a los niveles de rentabilidad de enclaves de ocio como el Casino de Barcelona, situado en los bajos del Hotel Arts de la ciudad, pero que igualmente son fuente incesante de ingresos para la familia.
Se trata de negocios tan diversos como la empresa Cultius Marins del Delta de l’Ebre, dedicada a la depuración, envasado, expedición y comercialización de moluscos; el hotel Termes Victoria de la Garriga (Barcelona) y el Club de Golf Peralada. Grupo Suqué-Mateu también gestiona fábricas de fibra de polipropileno con plantas industriales en Portugal, Polonia y México, bajo el nombre de Poligal Global Service. Todos estos negocios se quedarán bajo el paraguas de las subholding.
1.200 trabajadores
Los Suqué Mateu obtuvieron en 2016 un beneficio neto de 25,6 millones de euros frente a un resultado testimonial del ejercicio anterior, tal como avanzó Crónica Global.
El consorcio Suqué-Mateu tiene hoy, en conjunto, una plantilla de 1.200 personas, distribuidas en cinco países. Es uno de los grupos catalanes de capital familiar más destacados de esta comunidad. Según sus cuentas consolidadas, el activo alcanza los 600 millones. La liquidez del grupo es esplendorosa. Nada menos que 330 millones corresponden a las inveriones financieras, es decir, fondos de inversión, tesorería y otros activos de liquidez de materialización inmediata. Además, asigna un valor de 90 millones a sus rentables filiales. Al otro lado del balance, el pasivo financiero, las deudas con los bancos se limitan a 17 millones.